Guion Radial Ampliado: "Sombras de La Loba"
AUTOR: ENRIQUE DI BAGGIO
[SONIDO: Viento del desierto, pasos crujiendo sobre arena. Un aullido lejano de lobo.]NARRADORA (voz profunda, como un eco del desierto):
En el silencio del desierto, donde los huesos susurran historias, camina La Loba. No es madre, no es hermana, no es amante. Es la que recoge lo que otros olvidan: los restos de los lobos, los sueños rotos, las vidas marcadas. Ella sabe que el lobo no es el villano. Es el alma libre que aúlla bajo la luna.[SONIDO: Fuego crepitando. Un canto gutural comienza, lento, como un latido.]HOMBRE (voz reflexiva, con un toque de ironía):
Dicen que las mujeres son lobas. Y yo lo creo. En mi vida, ellas fueron tormentas. Una me dio la vida, otra me enseñó a reír. Pero otras… otras me dejaron cicatrices que aún duelen. Mis hermanas, las llamaban "Feroce" en casa. ¿Lobo feroz? Ja, un insulto al lobo. Ellas rompían reglas, sí, pero a veces también corazones. Yo, el menor, escapé de su sombra. ¿Suerte? ¿Destino? Quién sabe.[SONIDO: Aullido más cercano, mezclado con risas femeninas y un tambor suave.]LA LOBA (voz anciana, sabia, pero con fuerza):
Hombre, ¿por qué temes al lobo? ¿Y a la mujer que lleva uno dentro? Todos tienen dos lobos en el alma: uno que crea, que ama, que aúlla por libertad; otro que muerde, que hiere, que devora. ¿Cuál alimentas tú? Yo no domestico. Yo canto. Y los huesos… despiertan.[SONIDO: El canto se intensifica, como si los huesos cobraran vida. Un aullido vibrante.]HOMBRE:
Nunca alimenté al lobo malo, pero lo vi en otros. En esas mujeres "Feroce" que me marcaron. Y en mí, cuando la rabia me ciega. Pero también vi el lobo bueno: en la madre que me dio alas, en la amiga que me hizo soñar. La Loba, tú cantas para todos, ¿verdad? Para los que crean, no para los que destruyen.LA LOBA:
Canto para los huesos rotos, hombre. Para los tuyos, para los de ellas. En tu imaginación, ese lugar donde nadie entra, tú también puedes cantar. Recoge tus huesos, tus historias, tus cicatrices. Canta con ellas. Y el lobo correrá libre… o se convertirá en ti.[SONIDO: El canto y los aullidos se funden en un clímax. Luego, silencio, solo el viento.]NARRADORA:
La Loba no juzga. No domestica. Solo canta. Y en su canto, hombres y mujeres encuentran su lobo interior. ¿Cuál alimentarás hoy? ¿El que crea o el que destruye? En el desierto de tu alma, los huesos esperan tu voz.[SONIDO: Aullido final, que se desvanece con el viento. Cierre musical.]LOCUTOR (voz clara, invitando a la acción):
Inspirado en Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés. Canta tu historia. Libera tu lobo.
En el silencio del desierto, donde los huesos susurran historias, camina La Loba. No es madre, no es hermana, no es amante. Es la que recoge lo que otros olvidan: los restos de los lobos, los sueños rotos, las vidas marcadas. Ella sabe que el lobo no es el villano. Es el alma libre que aúlla bajo la luna.[SONIDO: Fuego crepitando. Un canto gutural comienza, lento, como un latido.]HOMBRE (voz reflexiva, con un toque de ironía):
Dicen que las mujeres son lobas. Y yo lo creo. En mi vida, ellas fueron tormentas. Una me dio la vida, otra me enseñó a reír. Pero otras… otras me dejaron cicatrices que aún duelen. Mis hermanas, las llamaban "Feroce" en casa. ¿Lobo feroz? Ja, un insulto al lobo. Ellas rompían reglas, sí, pero a veces también corazones. Yo, el menor, escapé de su sombra. ¿Suerte? ¿Destino? Quién sabe.[SONIDO: Aullido más cercano, mezclado con risas femeninas y un tambor suave.]LA LOBA (voz anciana, sabia, pero con fuerza):
Hombre, ¿por qué temes al lobo? ¿Y a la mujer que lleva uno dentro? Todos tienen dos lobos en el alma: uno que crea, que ama, que aúlla por libertad; otro que muerde, que hiere, que devora. ¿Cuál alimentas tú? Yo no domestico. Yo canto. Y los huesos… despiertan.[SONIDO: El canto se intensifica, como si los huesos cobraran vida. Un aullido vibrante.]HOMBRE:
Nunca alimenté al lobo malo, pero lo vi en otros. En esas mujeres "Feroce" que me marcaron. Y en mí, cuando la rabia me ciega. Pero también vi el lobo bueno: en la madre que me dio alas, en la amiga que me hizo soñar. La Loba, tú cantas para todos, ¿verdad? Para los que crean, no para los que destruyen.LA LOBA:
Canto para los huesos rotos, hombre. Para los tuyos, para los de ellas. En tu imaginación, ese lugar donde nadie entra, tú también puedes cantar. Recoge tus huesos, tus historias, tus cicatrices. Canta con ellas. Y el lobo correrá libre… o se convertirá en ti.[SONIDO: El canto y los aullidos se funden en un clímax. Luego, silencio, solo el viento.]NARRADORA:
La Loba no juzga. No domestica. Solo canta. Y en su canto, hombres y mujeres encuentran su lobo interior. ¿Cuál alimentarás hoy? ¿El que crea o el que destruye? En el desierto de tu alma, los huesos esperan tu voz.[SONIDO: Aullido final, que se desvanece con el viento. Cierre musical.]LOCUTOR (voz clara, invitando a la acción):
Inspirado en Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés. Canta tu historia. Libera tu lobo.