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sábado, 6 de julio de 2019

EN EL CENTRO DEL EPIDAURO

AUTOR: ENRIQUE DI BAGGIO

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Era el día soñado. Había sido convocado en Atenas a dirigir un concierto de la Orquesta Sinfónica en el teatro El Epidauro, al aire libre. Escenario de las grandes tragedias griegas...Allí donde textos de Sófocles, Eurípides o Aristófanes cobraron vida. 
¡Sí allí mismo, en el Centro del Epidauro! 
Los movimientos de sus manos daban órdenes a violines, pianos...Cada partitura de la quinta sinfonía de Bethovenn la vivía intensamente. Con los cinco sentidos. Era su consagración y allí  estaba ella... Con los acordes suaves haciendo caso a su director, a su amor, acariciaba su violín.  Su amor incondicional. Sus ojos azules parecían más azules en ese atardecer ateniense y sobresalían detrás del instrumento.  
El arte brillaba por los poros de estos dos que se amaban. 
El aplauso final...La aclamación unánime...Y el beso que los unió ante tanta inmensidad. 
Esa noche buscaron más que nunca estar solos. Desde la ventana del hotel, se divisaba las luces de la Acrópolis iluminada...Con una copa de Cogñac en las manos  brindaron por lo vivido...Y se besaron como siempre pero de distintas formas. Siempre era así besos distintos pero intensos, sentidos. 
La cama compartida fue testigo de gemidos de placer por esos cuerpos que parecían hechos a medida uno del otro...Movimientos naturales con orgasmos que parecían emitir notas musicales ... De esas notas que nos estremecen el corazón y la piel. 
Esa misma noche volverían con otro concierto pero después, seguro, la sinfonía de sus cuerpos volvería aparecer. Solo faltaba que vuelvan las notas, que solo se tomaban un descanso de pocas horas. Los dioses del Olimpo los están esperando, en estas tierras donde ellos escribieron la historia.

Teatro de Epidavros