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sábado, 26 de mayo de 2018

LA ISLA DEL FARO

ENRIQUE DI BAGGIO
Sin autor no hay obra.
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Llorando...Mojada por la lluvia torrencial .Apoyada sobre la pared de un casa de las tantas que hay en la isla frente al mar. Casi  en cuclillas se tomaba su estómago de dolor. Por la impotencia, por la bronca. 
La pelea final con su novio había concluido, 3 años quedaron atrás. En el ferry él se fue no sin antes herir su alma . El hombre del faro como lo llamaban por vivir pegado a la luz que guía los barcos la vio.Invadido por la pena trato de sacarla de ese lugar. Detrás de esos ojos llenos de lágrimas con el rimel surcando su cara y ese gesto mezcla de bronca y dolor se llegaba a vislumbrar una mujer hermosa.
La blusa empapada dejaba ver unos senos perfectos con la perfección de formas y medidas. Sus brazos la incorporaron, sus ojos y sus palabras le dieron calor junto a su campera .
La llevó a tomar algo caliente en el bar Medea, pegado a la costanera. Ella no quería hablar de lo que le había pasado solo lo escuchaba y le pidió que la llevara a la cabaña donde estaba alojada hasta hace un rato acompañada por su novio. Él le contó que era músico y poeta y  le dijo que habitaba cerca  del faro. Solo eso. 
El mar estaba calmo y una bruma aparecía en el crepúsculo, momento donde las cosas se calman y las personas pareciera que caminan más lentamente. Ya de noche la fue a ver. 
Al abrir la puerta de su cabaña  vio la belleza en plenitud  de esa mujer, la  que había vislumbrado cuando la encontró. Se sintió impactado.La convenció de cenar juntos...El restaurant "Pesce" los recibió con mariscos y vino blanco. Ella sonreía.Él la deseaba. 
Al salir del restaurant la invitó a su casa. Ella tambièn percibía que allí volvería a sentir.
Que la bronca la había hecho llorar pero estaba intacta. Ese hombre  en horas la hizo sentir cuidada y mimada como nunca. Tenía la sensibilidad del artista junto a una sensualidad a flor de piel. La casa destilaba calidez...La música del concierto de Aranjuez en la voz de Paloma San Basilio la envolvía.Se acurrucó junto a él en el sillón y escuchó sus poemas. En el hogar la leña crujía y la sensación de estar en lugar indicado la invadió. Cuando él la beso sintió que flotaba sobre las olas de ese mar frente a ella.
Movió su pelvis al compás de los ritmos de él.Parecían una musa y su música que se encontraron en el momento exacto.
Y Volaron con orgasmos perfectos y besos que sin pausa paseaban por sus cuerpos. A veces las luces del Faro giraban de tal manera que ingresaban por la ventana y mostraban sus cuerpos iluminados por luces y sombras. Al día siguiente y en los que vendrán ya no volverán a ser los mismos. Dejaron de ser solamente el hombre del faro y la novia de...Ahora eran dos almas unidas en aquella isla del faro.