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viernes, 13 de abril de 2012

VERSIÓN LIBRE DE: LA TIA TULA- DE MIGUEL DE UNAMUNO

AMIGOS: Una versión libre, en este caso para radio, respeta la idea original del autor pero con la impronta de quien hace la versión...Puede cambiarle la época, el lugar...Resumir, agregar...etc pero siempre manteniendo la idea y el núcleo de la historia original.
Realicé hace un tiempo en un trabajo para el curso una sobre la TIA TULA, De Miguel de Unamuno...Un clásico que quien sabe algunos de ustedes leyó.
Para los que no lo hicieron en pocas palabras le comento la obra maestra de este gran escritor: La tía Tula se convierte en madre de cinco hijos...Sin serlo. Ante la muerte de su hermana y la segunda esposa de su cuñado, con el cual tenía un amor no concretado, se fue haciendo cargo de los chicos. Tenía una lucha entre la virginidad, defendida a ultranza, y la maternidad. Era una mujer paradójica y compleja. Se aferraba a la religión pero criticaba lo que para ella era un mal: Catalogaba a la religión de ser creada para hombres. Nunca quiso ser monja ya que le gustaba ser libre. Fue madre sin serlo...El de abajo es un resumen ambientado en la década del  50 en Buenos Aires...En un barrio de chismosas y casas bajas...Ojalá les guste.
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         AUTOR :  ENRIQUE DI BAGGIO-         VERSIÓN LIBRE.
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OBRA: LA TÍA TULA

AUTOR: MIGUEL DE UNAMUNO.

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La Santísima Virgen fue madre por obra del espíritu santo sin consumar el acto sexual. Gertrudis (TULA) fue madre de 5 hijos, sin el acto,  sin convivir con un hombre, sin manchas, nunca penetrada, nunca. Huérfanas, junto a su hermana Rosa fueron criadas por su tío sacerdote.  Crecieron en la década del 50 en el pequeño barrio de Parque Chas, Buenos Aires, cuna de inmigrantes, familias numerosas, casas bajas y chismosas detrás de las puertas y ventanas.

Su amor a la virgen y su devoción a la religión católica era solo empañada por su creencia que el catolicismo alababa a los hombres, a los que consideraba los zánganos del colmenar. No quiso ser monja porque no le gustaba recibir órdenes. Convenció a su hermana que empiece a noviar con Ramiro, conocido de ambas. . Gertrudis terminó de cerrar el círculo geométrico: al ver que el novio dudaba en casarse, lo conminó a fijar fecha. En la fiesta Tula estaba feliz. Las chismosas decían que parecía que fuera ella la que se casaba.

Visitaba la casa del matrimonio, mudados a 2 cuadras en el pequeño barrio, todos los días e insistía a su hermana para que tenga hijos. El adorno más personal de ese hogar era la muñeca Pepona de la infancia de Rosa, majestuosamente sentada en un sillón del living. Se contradecía con la Pepona de Tula que yacía guardada, escondida, inmaculada en  secretos lugares. Y vinieron los hijos anhelados por Tula. El primero Ramirito, nombre sugerido por ella, luego una nena. De ambos se apropió criándolos y aconsejando a su hermana que se dedique a su marido. A la muerte del tío, Rosa un poco enferma ya, le pidió a Tula se mude allí pero ésta se negó. Y vino el tercer hijo, otra nena, que se llevó la vida de Rosa en el parto. Antes de morir le pidió a su hermana se haga cargo de sus niños y que no permita la entrada de una madrastra casándose  ella con Ramiro. Aceptó ser madre de los niños, pero casarse con Ramiro no. Finalmente, mudada a la casa de sus “hijos” y su cuñado, enfrentaba fuertemente las habladurías de las chismosas sobre su relación con Ramiro. Les contestaba tratándolas de puercas. Sus chismes ponían mal a Tula. Alguna dijo que visitando la casa como vecina  la habían visto intentar dar de mamar de su pecho seco a los bebes.

La casa olía al pastel de papa que tan bien hacía la tía. Sin duda, es el ama de la casa,  la mamá de los niños.  Ramiro le propuso que sea su esposa. Pero se aferraba más  a los chicos. Ante la insistencia del hombre, le pidió un año de plazo para decidir. Cada tanto visitaba a su pepona escondida, para asegurarse que esté intacta, impoluta, resguardada, limpia y segura.

Enterada de que existían relaciones sexuales entre Ramiro y una joven vecina Manuela lo obliga  a casarse con ella invocando la religión.  A pesar de su debilidad, la chica tiene un primer hijo, que pasa a ser otro hijo también para Tula.

Manuela queda embarazada nuevamente,  enferma lucha ayudada por Tula para poder tenerlo. Al mismo tiempo contrae una grave neumonía Ramiro. Agonizando, la llama a su cuñada y le pide que cierre la puerta. Le confiesa que era a ella y no  Rosa a quien hubiera elegido. “De lejos era Rosa, estando cerca la elección era vos” .Tula solloza. “Ese plazo que pusiste no permitió casarme contigo”  “No,  Ramiro no, fue mi amor propio lo que lo evitó. Fue mi culpa” Apoyan sus labios un rato largo, hasta la muerte del hombre. Esa noche Tula visita a la Pepona y llora aferrada a ella. Manuela da a luz a Manuelita y luego muere. Tula se siente responsable de esta niña, la que pasa a ser por mandato su heredera espiritual. A ella le muestra sus recuerdos guardados, incluyendo su muñeca la que baja de lo alto de un ropero enorme.  A ella le inculca sus ideas sobre la maternidad, la virgen, Eva,  los hombres, el cuidado de sus hermanos. Una frase le remarca: No dejes de hacer cosas, es preferible equivocarse  que no hacerlas y vivir arrepentida. Mueren las madres por su esfuerzo para dar a luz, queda Tula, siempre Tula, con los niños, decía el coro de  chismosas. Al primer hijo Ramirito, le acerca a su vida una noble muchacha, Caridad, quien hacía honor a su nombre, y termina siendo su esposa. El grupo estaba completo, faltaba el nieto para Tula.  Pero enferma gravemente. Los reúne a todos y le dicen que la recuerden como su madre, y que vivan unidos. Al morir, quedan todos viviendo juntos con los bandos comunes de toda convivencia. Manuela se esforzaba por cumplir el mandato y hasta preparaba el pastel como Tula. Caridad ayudaba a mantener la unión. Todos recordaban a Tula, a la tía Tula. Las chismosas, como el coro de Medea, ya habían puesto un mote cuando indicaban la casa. Así como estaba la casa del doctor, la del verdulero, la del gordo Bielli, estaba…La casa de “Los Tulitos”,  hijos de la Tía Tula.

Fin

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Las versiones libres, tienden a desvirtuar el concepto original del escrito, pero en este caso, me encontré con una versión plena, agil, de muy buena calidad, siempre manteniendo el hilo original. te felicito, pocos pueden lograrlo. Federico

Anónimo dijo...

Una excelente versión libre de un clásico exquisito, en ningún momento descuidaste la trama inicial, ni tergivesaste su esencia, un trabajo difícil el tuyo pero con un acabado perfecto

Anónimo dijo...

Una excelente versión libre de un clásico exquisito, en ningún momento descuidaste la trama inicial, ni tergivesaste su esencia, un trabajo difícil el tuyo pero con un acabado perfecto

Anónimo dijo...

Que buena esta versión de la tía tula, estoy leyendo la original y la tuya me encanta porque no cambiaste el nudo de la historia. Pablo

El buscador de Parque Chas dijo...

FEDERICO: Gracias...Te juro que tres compañeros más hicieron ese día una versión libre de la misma obra...¡Nada que ver! No embocaron una y eso que son buenos escritores y se recibieron conmigo. La verdad vos me agrandaste y perdí la modestia que me caracteriza...jejjej.
Un Abrazo


ANÓNIMO: ¿Qué pasa que no me ponen sus nombres? Gracias por tus elogios...
Saludo

PABLO: Leyendo o conociendo el original realmente te das cuenta. Me alegro que te haya gustado. La verdad, y otra vez pierdo la modestia...A mí me encantó y en ese momento a mi profe en Argentores también...
Gracias . Un abrazo