La frase justa: Prometì un para siempre que caducò...Paola nos cuenta
Enrique Di Baggio
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No sé mirarte más a los ojos y me cuesta encontrar las palabras para entenderme porque en el mar de gritos de mi cabeza ya nadie aboga por ti. Hastiada, nos mando a un rincón donde bailamos en mi cocina porque nos amamos más de lo que pensé que se podía, pensando que ahí, con los recuerdos meciéndose, puedo mantenerte un poco más.
Más tiempo, eso necesito. Más motivos, menos dudas. Más excusas que no logro procesar porque tampoco sé qué pasa conmigo estos días en los que cada vez que me caigo no estás para levantarme.
De pronto los chicos en el rincón se detienen y me miran, me ruegan que espere dos días más, que se conviertan en semanas, que finalmente se conviertan en todos los años que ya se prometieron.
Prometí un para siempre que caducó.
No sé si algún día podrán perdonármelo.
Más tiempo, eso necesito. Más motivos, menos dudas. Más excusas que no logro procesar porque tampoco sé qué pasa conmigo estos días en los que cada vez que me caigo no estás para levantarme.
De pronto los chicos en el rincón se detienen y me miran, me ruegan que espere dos días más, que se conviertan en semanas, que finalmente se conviertan en todos los años que ya se prometieron.
Prometí un para siempre que caducó.
No sé si algún día podrán perdonármelo.
—Paola E. Haiat
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