Propuestas sin respuestas...Rìos que no se tocan. Paola nos cuenta.
Enrique Di Baggio.
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Llovía a cántaros como cuando me preguntaste si quería pasar el resto de mi vida contigo, pero no bailábamos y los besos se nos quedaron en los bolsillos del pantalón, aguardando, por si acaso el otro tomaba la iniciativa.
Pero no, sólo nos alejábamos como poniendo tierra entre nosotros, para ser dos ríos que nunca se tocan. La lluvia nos debía una disculpa por no ser de mar ya que sólo nuestras lágrimas sabían a sal.
Pero no, sólo nos alejábamos como poniendo tierra entre nosotros, para ser dos ríos que nunca se tocan. La lluvia nos debía una disculpa por no ser de mar ya que sólo nuestras lágrimas sabían a sal.
—Paola E. Haiat
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