ENRIQUE DI BAGGIO
Sin autor no hay obra.
Aquel pueblo italiano en el medio de la montaña lo había acostumbrado a transitar por la cornisa. Caminos angostos y sinuosos lo llevaban de un punto a otro con laderas mirando el vacío. Pero la vida, un día, pareció dejarlo cerca del abismo con la tristeza del corazón.
Esa tristeza inmensa tan inmensa como la montaña y que lo arrastraba al barranco sin escalas.
El amor de varios años y que parecía interminable, terminó.
La caída parecía irremediable. Pero un día, no sabe exactamente cual...Al levantarse abrió la ventana , miro al cielo y decidió volver al camino.
El universo recibió sus pensamientos de dejar atrás el pasado y allí apareció ella. La mujer que lo volvió al sendero.
Se instalo en el pueblo con la empresa que hacía estudios geológicos y en una noche mágica cruzaron sus caminos en el único pub del centro comercial.
De belleza increíble.Con una mirada misteriosa que lo envolvió dentro de una nube donde, en un lugar lleno de gente, solo estaba ella.
Palabras, miradas, aquella charla donde ambos se dieron cuenta que la alquimia de la química los había tocado.
El encuentro de esos cuerpos desconocidos hasta ese momento los llevo al éxtasis. Besos increíbles, movimientos perfectos que lo volvieron a él a sentir lo que creía no sentiría más. Cuando se abrazaron en ese primer orgasmo genial ambos vieron un mundo distinto, lleno de estrellas luminosas y colores.
Juntos eran el futuro.El pasado se quedó allá abajo, en el abismo al cual estuvo a punto de caer.
