Aprender a vivir sin el otro al lado...Paola nos cuenta.
Enrique Di Baggio.
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Para cuando despierte tal vez sea diferente. Tal vez mi almohada deje de preguntar por qué se mantiene fría y mis sábanas se acostumbren a mí y se olviden de cómo las arrancabas de mi lado. El café de las mañanas dejará de preguntar por qué no eres tú el que lo prepara y finalmente el foco se sentirá orgulloso de que sepa cómo cambiarlo sin gritar tu nombre.
La casa dejará de reproducir un eco de nuestras ricas y de cómo tronaban nuestros labios al besarnos, usaré mis propias playeras sin sentir que deberían ser tus sudaderas y llenaré con música los lapsos de nuestras pláticas.
Me acostumbraré a mí y a mi propia respiración al dormir, a no sentir tu calor cerca y a no tener la esperanza de que me abraces mientras escribo esto y lloro en la soledad de una cama que nunca habló pero que aun así me preguntó por qué te fuiste sin más.
La casa dejará de reproducir un eco de nuestras ricas y de cómo tronaban nuestros labios al besarnos, usaré mis propias playeras sin sentir que deberían ser tus sudaderas y llenaré con música los lapsos de nuestras pláticas.
Me acostumbraré a mí y a mi propia respiración al dormir, a no sentir tu calor cerca y a no tener la esperanza de que me abraces mientras escribo esto y lloro en la soledad de una cama que nunca habló pero que aun así me preguntó por qué te fuiste sin más.
—Paola E. Haiat
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