Cuando un amor es amargo y està medio muerto pero puede presentarse de nuevo...Y encerrarte...Paola nos cuenta.
Enrique Di Baggio
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Amargamente tomo un trago más, las lágrimas ya no saben a ti porque ahora la cerveza ha tomado tu lugar, se siente como si nos fuéramos a buscar en cualquier momento y me recuerdo que debo soltar el maldito celular.
¿Dónde estamos cuando tan perdidos no sabemos decirnos más que mentiras acerca de lo que sentimos? ¿Dónde estás cuando, entre susurros, me digo que puedo olvidarte así de fácil?
Sin tener que pasar otra vez por el espejo preguntándome qué es lo que he hecho.
Sin la presión en el pecho de pensar que tarde o temprano te tendré que volver a ver.
Porque lo peor de que un amor te deje medio muerto es pensar que tarde o temprano podría presentarse otra vez a darte el disparo final y, lamentablemente, dejarte vivo para vivir con ello.
¿Dónde estamos cuando tan perdidos no sabemos decirnos más que mentiras acerca de lo que sentimos? ¿Dónde estás cuando, entre susurros, me digo que puedo olvidarte así de fácil?
Sin tener que pasar otra vez por el espejo preguntándome qué es lo que he hecho.
Sin la presión en el pecho de pensar que tarde o temprano te tendré que volver a ver.
Porque lo peor de que un amor te deje medio muerto es pensar que tarde o temprano podría presentarse otra vez a darte el disparo final y, lamentablemente, dejarte vivo para vivir con ello.
—Paola E. Haiat
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