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viernes, 26 de agosto de 2016

LA MÙSICA QUE AMA.

ENRIQUE DI BAGGIO
Sin autor no hay obra.
.............................................................. La estaba esperando. Ella vendrìa a pasar otra noche con èl. 

Escuchaba la mùsica que amaba y cada acorde lo hacìa pensar en ella. La mujer que cambiò su vida era mùsica, era acordes.
Sus palabras suaves e inteligentes eran el violìn. El piano marcaba su andar con esa figura elegante. Suavidad, belleza y el sonido de los sentidos. 
Los sonetos son versos poèticos y ella inspiraba a este escritor enamorado a escribirlos y unir mùsica y poesìa. 
Todo eso le inspira esa mujer bella.  
Cuando llegò sin palabras se besaron...Un beso sin tiempo y lleno de amor. Tomados de la mano se sentaron en el sofà del living. 
Charlaban con caricias, su voz con candencia parecìa salida de una partitura. 
La mùsica seguìa sonando y los ojos de ella irradiaban melodìas. 
La pieles se iban juntar en esa noche de amor y mientras la estaba desnudando le parecìa que el piano tocaba màs fuerte y la batuta del director de orquesta se agitaba màs y màs. 
Vaivenes de entradas y salidas, lenguas cruzadas, besos en cada centìmetro de piel y àquel momento cumbre que los llevaba al cielo. 
No habìa palabras para explicar lo sentido. Sòlo la mùsica podìa asemejar tanto sentimiento.
Hagamos silencio...Escuchemos los acordes ...Marcan con sonidos  lo que siente. Hablan por èl, ese escritor lleno de palabras que no puede explicar esto que le pasa cuando està con ella, la mujer que ama.  
Dos que se hicieron uno, dos que juntaron su esencia para explotar de amor. 





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