Sentía que su alma estaba herida...El arte de sus manos de pintor hizo que muchas veces hiciera catarsis sobre los lienzos que en blanco esperaban su inspiración.
Él que tanto había soñado, que tantas veces amó y lo amaron, hoy sentía una soledad que le parecía definitiva. Algunas frustraciones muchas desazones.
Pero el amor no se resiste a alejarse definitivamente y en ese pub de la calle principal vio esa mujer hermosa que parecía lo estaba esperando. No se sabe exactamente como pero las energías se conectan de mil formas...Las miradas se cruzaron varias veces. Y sí amigo, parecía decirle un duende. Allí está el rayo de sol que entra en tu oscuridad.
Charlaron toda la noche como si se conocieran. Nada les impidió continuar en la casa de él lo que sería amor de una noche. Así habían dicho. Amanecieron juntos...Volvieron a encontrarse esa misma tarde. Volvieron a dormir juntos esa misma noche con lenguas de movimientos sin tregua, con cuerpos estremecidos con caricias sentidas y besos apasionados. Los orgasmos llegaban como estallidos...Parecían tener sonido...Y volvieron a amanecer juntos.
Y él ya no se sintió en soledad...Y en sus pinturas volvieron a aparecer colores alegres y ya no quería dejar de amanecer junto a ella...Una vez más, cada día otra vez más.
Otra vez el amor lo atravesó pero en esta ocasión, su experiencia le decía que todos sus próximos amaneceres serían junto a ella.
ENRIQUE DI BAGGIO
Sin autor no hay obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario