Con un sabor amargo tengo que decirles que hay mitos de
grandeza Argentina que no son ciertos.
Es mentira que somos solidarios. Sino observemos en un
día de lluvia torrencial como el que va en
un auto, bien cómodo, se lo "Tira" a un peatón
mojado hasta los huesos.
O cuando varios inspectores que toman examen de manejo
en un Municipio a cuadras de la General Paz firman
licencias de conducir sin control a cambio de un pago de
dos mil pesos. El intendente de ese lugar hace más de 20
años que está...¿NO lo sabe? ¿Es eso ser solidario con la
Comunidad en el país de los accidentes de tránsito?
Es mentira que somos los más cultos...Cada vez la
educación es peor y los chicos crecen en la cultura del no
trabajo y la droga cerca, bien cerca.
Estamos como resignados a lo mismo siempre...Ahora hay
una luz de posibilidades de cambio. pero de funcionarios...
¿ Y Nosotros? ¿Cuándo cambiamos?
¿Y los que votan a los que los tienen con el agua
hasta el cuello por no hacer obras en los últimos 20 años?
En qué se basan para votar...Están domesticados, están
pensando que otros serán peor...Y sí, serán peor si
nosotros no exigimos, no cambiamos desde nuestro lugar.
No nos importa la corrupción, los asesinatos impunes, los
procesados, los accidentes como el tren de Once, donde
nos matan en un andén corrupto. ¿Y podemos decir que
somos capaces, inteligentes? Los inteligentes piensan en el
bien común. Esos inspectores que firman licencias de
conducir por dinero, mañana pueden ser atropellados por
uno que les pago sin saber manejar...O puede ser
atropellado un hijo de ellos...¿Son inteligentes? No. Y
encima corruptos.
No somos lo más grandes, ni los más cultos, ni
tenemos tanto futuro como decimos. No te engañes más.
Estamos domesticados. Somos mascotas de ellos...Pero
encima nos nos cuidan...Nosotros amamos a nuestras
mascotas...Las cuidamos. Ellos ni eso.
Por número hay posibilidades de cambio de funcionarios., y
eso es bueno porque la democracia es alternancia. Pero si
no exigimos nos entregamos...Estamos en el horno.
Te publico abajo un mail de José Luis Campanella (Que no
es de la corpo eh) que explica mucho mejor lo que quiero
decir.
ENRIQUE DI BAGGIO
A todos, ¿Qué nos pasa?
Una sensación de impotencia, de frustración y abatimiento nos noqueó. En muchas reuniones privadas, en el trabajo, en la calle, en los trenes, se comenta. Pero siempre en privado.Ya parece no quedar nada del orgullo de ser argentino. Y no es la economía. Ni siquiera el caso Ciccone. Ni de los hermanos Schoklender. No se trata de Moreno y su avasallamiento tercermundista.Ni de Ley de Medios. El problema no es el tren de Once y los 52 hermanos que murieron... lamentablemente. Ni tampoco el uso de las reservas.No se trata del paro de los maestros, ni de las mentiras del Indec, ni de la pesificación. El problema es otro.
Estamos perdiendo en silencio a nuestra Argentina. La metamorfosis es brutal. El país que tenemos hoy no es el que imaginamos, y el país de mañana será mucho peor de lo que imaginamos. No hay respeto. No hay educación. No hay diálogo.
La búsqueda de la excelencia se abandonó por completo. Nos acostumbramos al atropello del poder político, al patoterismo. Al corto plazo sin una visión de país que nos ilusione. Que nos enamore. ¿Qué queremos? Volver a sentir orgullo de ser argentinos. Viajar seguros. Ver un desarrollo cultural sostenido. Transitar por las calles sin piquetes. Escuchar a un presidente conectado con el mundo; decidir qué comprar, qué libros leer, respetar al maestro, los delincuentes presos. Estadistas conduciendo al país.Economistas manejando la economía. Calma y paz. No al odio y la crispación. Los tres poderes funcionando. Comprar dólares, o no. Recibir cosas del mundo y poder enviar cosas al mundo.
POR FAVOR NO DEJES QUE UN GRUPO DE 20 PERSONAS QUE CONDUCEN AL PUEBLO HACIA EL CHOQUE FATAL, NOS HUMILLE, NOS CALLE, NOS PARALICE.
Si quieres lo mismo que todos nosotros, que sí somos la gran mayoría hoy, aquí y ahora, sin temor a nadie y con respeto a Dios, compartilo en paz. ¡ARGENTINA TE QUIERO! y ¡NO QUIERO PERDERTE!
MAIL DE JOSÉ LUIS CAMPANELLA A ALFREDO LEUCO.
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