SOLAMENTE CONMIGO.

No es novedad, escribía el escritor, que el mundo y yo te queremos. Recordaba esa frase. Estaba lejos y se moría por verla. Nadie podía quererla más. Y la fue a buscar...Con todo el amor que sentía, el que le hacía atravesar caminos. 

Miles de horas pasaba pensando en ella...Era hora de encontrarla, tenía ganas de ella, las mismas ganas de siempre. 

El escritor decía que que al escribir uno no debía preocuparse por el orgasmo sino por el proceso.

Y el proceso de ese encuentro era lo que estaba viviendo. La antesala de lo que vendría. Cuando se encontraron ya no la miraba, la sentía como se siente lo amado. 

Solamente conmigo...Solo conmigo te amaré como nadie.  

Sus cuerpos y sus almas se juntaron e hicieron el amor entre suspiros y gemidos. Se desvanecen  pausadamente de placer. 

Con besos fundían sus labios,  con caricias detenían el tiempo y el espacio era solo ese lugar, el de ellos.  

Noche de fantasías, noche de amor total...La luna, las estrellas y las ganas de ti. 

Le dijo antes que el mundo y él la querían...Cualquier lugar que amemos es para nosotros el mundo, decía Oscar Wilde. 

Hoy tengo ganas de ti, siempre tengo ganas de ti.

Solamente conmigo, te quiero conmigo, te quiero siempre. 

ENRIQUE DI BAGGIO.

Sin autor no hay obra.