Los cuerpos se movían al compás del amor y la pasión…Besos sentidos…Manos que acariciaban y también estremecían…Lenguas entrelazadas en encuentros sin tiempo. El departamento de ella era testigo de una explosión de sentidos. Afuera el mundo giraba y ella estaba dispuesta a irse a Europa para que su carrera de cantante sea reconocida. En ópera, o en comedias siempre fue aplaudida  pero la economía del país en el 2001 estaba en llamas y se sintió oprimida, ahogada. Él no podía irse ya que su padre debería afrontar dos operaciones y era su única compañía pero y ¿Y el amor que sentían? ¡Quedate conmigo, le dijo, luchemos juntos desde aquí! Ella entono la canción No llores por mi Argentina y se tomaron la mano…Lágrimas de ambos…Sentimiento genuino que hacía temblar su voz…El amor es libertad y decidieron que ella vuele para mostrar su talento. 
Pasaron 6 meses y con el papá recuperado  voló a Milán para verla…Vio su foto en la cartelera de la Scala y sintió que sus piernas se aflojaban. Bellísima apareció en el escenario cantó La Dona e mobile. El público la ovacionó nada menos que en la Scala…¡Nada menos! Un abrazo interminable en el camarin…La salida en una noche fría y el departamento frente a la Piazza del Duomo que los esperaba igual que aquel otro para ser testigo de esta historia de amor que estaba más sentida que nunca…Ambos ya eran libres de sus preocupaciones y ahora juntos, volvieron al principio de este escrito con orgasmos vibrantes y lenguas inquietas. Seis meses solo avivaron el fuego de este amor sin tiempo. Abrazados se acercaron a la ventana y ella volvió a entonar No llores por mi Argentina…La luna brillaba iluminando con luces y sombras sus rostros…Y sí…Eran dos rostros plenos…¡Plenos de amor en libertad!