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miércoles, 9 de marzo de 2016

LOS CANTELLI- La violencia contra la mujer- Formato para radio (Cap. 481)

ENRIQUE DI BAGGIO
Sin autor no hay obra.
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OPERADOR: LA FAMILIA UNIDA.

ERNESTO (A SEÑA): El clima está agradable, ideal para caminar por mi barrio. ¡Mi comunidad! No podría vivir en otro lado. 
Al girar en la esquina paso por una casa con historia a metros nomas de la sociedad de fomento. En la jerga barrial la habíamos bautizado  "La casa de los 7" Siete hermanos con sus padres. 
Vaya a saber porque quedo ese nombre. Está claro que por los siete hermanos, tres mujeres y cuatro varones, pero hay casas con por ejemplo cuatro hermanos y no se le dice la casa de los 4. O en mi caso que tuve dos hermanas y éramos tres y también mi querido primo Antonio ya fallecido, que prácticamente creció en nuestra casa. 
Pero volviendo a "Los 7" digamos que sus integrantes no pasaban desapercibidos. El padre Don Alfredo trabajaba en un frigorífico de la zona y era de físico voluminoso...Alto y con espaldas anchas y bastante sobrepeso y la mamá, Lita,  delgada pero bastante alta. Mujer de su hogar, dedicada a sus hijos...Madre típica de la época. 
Garrafa como le decían al hijo mayor, Nicasio, era un típico buscavidas con trabajos de dudosas reputación. Por ejemplo vender juego de ollas de marca conocida en aquel entonces pero totalmente falsas...Visitaban con compañeros distintas zonas con su mercadería de "Primera marca" Era de los llamados "Berreteros" de aquella época. Ninguno de los varones tenía trabajos digamos normales. Mucho bar y poco laburo diría mi padre. 
Las mujeres crecieron en una casa donde el único que trabajaba en algo normal y decente era el Padre. Una de ellas, la mayor Rosa, fue enfermera  durante muchos años de Hospital Piñeyro. Y era también la enfermera del barrio. Mis hijos y también yo alguna vez solicitamos sus servicios para alguna inyección. 
Pero había algo distintivo de la familia. Los gritos y los golpes. Bullicio violento dentro de la casa y a veces en la puerta de la casa. 
Un padre violento cuando se tomaba algunos vinos, como decía la esposa. Solo cuando se tomaba unos vinos, que era bastante seguido. Alboroto, ruido, gritos y más gritos era el sonido típico de los 7. La hermana menor, la más linda, Nina, se casó y repitió la historia con su esposo...Un golpeador de aquellos, un violento que logro que ante la intervención de toda la familia en un año vuelva a su hogar paterno. Antes los hermanos "7" y el padre arreglaron la cara del golpeador a los golpes. Sin denuncias, ni Comisería de la mujer...La violencia y los gritos eran el común denominador. La mujer humillada y servil en su máxima expresión. 
El padre falleció joven, a los cincuenta y pico y los hermanos varones mantuvieron la tradición sometiendo a las mujeres de la casa...Incluso Nicasio se  casó y la esposa paso a engrosar las filas de mujeres maltratadas. La familia se fue disgregando, la mamá también falleció. Hoy la casa la ocupa, ya muy anciana pero apoyada por todo el barrio que tantas veces pidió sus servicios Rosa la enfermera, soltera y con algún su sobrino que la visita. 
Hablamos hoy de la violencia contra la mujer...Pero ya en aquellos años el "Macho" existía, apoyado por una sociedad machista. Para mí semilla de esta sociedad de hoy que tiene "Machos" más modernos que ven a la mujer como un ser objeto. 
Se denuncia más, se sabe más pero la violencia continúa. La casa  de los 7 es un testigo presente en mi comunidad de generaciones de mujeres sometidas. La cosas pueden mejorar con educación. Porque la semilla machista está metida en muchos hombres y en mujeres que se dejan someter. De aquella vieja época y de antes también existió esa violencia...Mi barrio, mi querida comunidad también conoce este acto atroz de sometimiento a los golpes de la mujer. Ayer fue el día que las homenajeamos, a mi amada Teresa le hice mimos, regalos, pero el homenaje se lo hago todos los días...Todos. 
Y me voy al Santuario Cantelli a tomar los mates con Silvia.
Recordamos entre amargo y amargo a "Los 7". Ella también los tiene presente y me cuenta que a veces charla con Rosa y ella recuerda con lágrimas los sufrimientos de su madre y de ellas mismas. La violencia la marcó, la violencia castró todos sus sentimientos...Solo su abnegado trabajo rescató lo mejor de ella. 
Nuestra querida Rosa, la enfermera barrial. Aún hoy se acerca a la Sala de Salud, orgullo de nuestra comunidad a dar una mano con sus años y su dolor a cuesta. 

¿Te acordas Rafa? Vos también los conociste...Unas cuántas veces nos acercamos para calmar tanta violencia. 
Son historia triste del barrio...Pero aquí estoy, en tu casa, con tu recuerdo...Con tu familia que creció con amor, con mis amigos, Los Cantelli. ¡Salud!.

OPERADOR: MÚSICA LA FAMILIA UNIDA. 

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