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jueves, 14 de julio de 2011

Dime que coche tienes y te diré quien eres

COCHES LUJOSOS…HOMBRES PEQUEÑOS.

AUTOR: ENRIQUE DI BAGGIO

¿Se acuerdan de mi amiga Patricia (Pato) que en su búsqueda de la felicidad salió una noche con un piloto de avión que se la pasó hablando de cosas tristes en una velada  supuestamente, festiva y sexual? Ella sigue en su búsqueda de, por lo menos, una alegría como se merece (¿Dónde están los hombres?) Como no quiere salir con desconocidos salió con un ex novio. Ninguno pobre. Este es un ex rugbier con un coche impresionante. Eclipse coupé creo que se llama. El tipo no…el coche. Tiene 50 años aproximadamente. Se está separando de su ex esposa y mi noble amiga le hace un poco el aguante sin grandes pretensiones, pero, ¿Por qué no? Puede ser que sea el hombre que la haga feliz como se merece.

Es impresionante: Tiene elegancia, es confiable, cálido, lujoso, me dijo. ¿Él hombre? Pregunté cándidamente. No, me contestó, el auto. Ella es muy inteligente y perceptiva y me hizo una llamativa reflexión: Me dijo que en la parte amorosa está esperando que se le vayan los mambos propios de su separación… en sus contadas salidas la pasa bien. Tienen buenas charlas. Pregunto si le atraía…y me dice que le encanta…la hace sentir cómoda y se desliza suavemente…¿Cómo que se desliza suavemente? Sí…el auto. A esta altura me hablaba más el auto que del rugbier.  Ahí me dejó un pensamiento que me hizo reflexionar, dijo: El auto está genial, lleno de relojitos, tapizado de cuero no sabés todo lo que tiene. El tema es cuando bajás. ¿Por qué? Se baja él también y está hecho pelota…renguea por su pasado de rugbier, le duele la cintura, los hombros...un despojo. Lo ves bajar de semejante auto, empieza a caminar…y realmente no tiene nada que ver el auto y su tripulante.

A partir de esa reflexión llegamos a la conclusión que algunos tipos tienen semejantes autos para disimular su presencia física y/o psíquica…Cuando más aparatitos tiene…menos valor tiene el dueño. Empecé mirar más detalladamente la relación auto-dueño.  Vi  bajar de una 4x4 alta como un camión con gomas anchas, paragolpes grandes, a un enano que fuera de esa máquina pasaba desapercibido. Un Twingo manejado por un bolú de 50 años, pelado pero con colita atada, como que no quiere dejar la juventud y tiene ese coche para mantener su inmadurez. Un Gol “maltratado” por un “adolescente” de casi 35 virando en u como un cancherito. Y varios elementos como el “pretendiente” de mi amiga…con lujosos autos…pero hechos pelotas físicamente. Ella dice que elige los hombres y algo de culpa tiene…pero la escasez de verdaderos caballeros con autos acordes a su personalidad, es evidente. Claro que quedan algunos como yo: Con un Corsa 2005 en perfecto estado, chassis bien, pintura bien, con los botones y relojes necesarios, confiable, seguro, elegante sin ostentación, con el que todo viaje que comienza termina donde debe…y sobre todo con una caja de cambios que responde a todos los estímulos. Lo miro y siento que estamos en sintonía. Pero…siempre hay un pero…no estamos disponibles ya que la vida nos encuentra muy bien acompañados.

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