Translate

Vistas de página en total

miércoles, 13 de julio de 2011

Monólogo que escribí para radio

EJERCICIO: MONÓLOGO.

TÍTULO: “LOS CANTELLI”

AUTOR: ENRIQUE DI BAGGIO

…………………………………….

OPERADOR: MÚSICA



ERNESTO:(SEÑA) Fui compañero de colegio y vecino de toda la vida de Rafael Cantelli  a quien le decían Gutemberg porque era tan buen falsificador que parecía el inventor de la imprenta. Pasaba los billetes hechos en su hogar como si fueran fabricados por la Casa de la Moneda. Empezó con  maquinitas en el fondo de su casa y mucha dedicación. Toda su familia siguió viviendo en ese lugar por él construido y fui testigo del crecimiento y andanzas de “ Los Cantelli” como le decíamos en el barrio.

 Nada es fácil en esta vida  les decía Rafael a sus dos hijos. Siempre hay que buscar el progreso. Y así era nomás: Cada vez que pasaba un tiempo detenido, volvía con mas fuerzas y anexaba otras operaciones: Falsificaba pagarés, títulos de la bolsa y lo máximo: Dólares que fueron lo último que hizo. Su muerte se produjo como debía ser: Infarto de miocardio justo cuando una comisión policial lo venía a buscar. Murió libre y frente a una pila de dólares recién fabricados.

OPERADOR: MÚSICA DE LA PELÍCULA BUCH CASSIDY

ERNESTO:(SEÑA) Horacio y Ramón siguieron el camino emprendido por el viejo Rafael. El alias de Horacio era “Tinta invisible” y el de Ramón “Tinta roja”. Éste estuvo de novio muchos años con una simpática chica, estafadora ella, pero buena y cariñosa,  apodada Tina, mil caras. Siguió soltero.

En cambio Horacio llegó a tener su familia: Su esposa Silvia y dos hijos: Silvita, la nena y Leandrito, una monada que llegó de última  cuando la mamá había pasado los 40.

La profesión de Rafa seguía heredada por los nenes. Sí. Para mí van a seguir siendo nenes. Cada vez que un negocio les iba bien me llamaban para que les haga un asado. Iba con ganas ya que los verdaderos malandras del barrio eran otros y no ellos. Cuando alguno caía preso por esas equivocaciones que tiene la policía, la casa era un velorio y yo les servía de consuelo. ¿Cómo no los iba ayudar? Menos mal que la rápida justicia argentina y los oficios del excelente doctor Lamas, conocido en la jerga como doctor “Tesaca”, hacían que las cosas volvieran a ser lo que eran. Lo que me emocionaba de ellos era que jamás utilizaron la violencia. Todo era cerebral, estudiado, impecable.

Por eso en un cónclave de familia se desechó comenzar con los secuestros extorsivos. Podía suceder algún acto de violencia que manchara a la familia. Incluso lo consultaron conmigo y les dije que lo mejor era seguir con lo mismo.

Con quien me encariñé un montón fue con Leandrito. Los papás querían que estudiara y sea un profesional. Me visitaba todos los días. Una vez me asusté cuando me dijo que si se podía secuestrar la imagen de la Santísima Virgen y pedir rescate por ella al Vaticano o a alguna iglesia. ¡Pero era solo un chiste, una travesura del sabandija!

Hoy en mis últimos años de vida tengo la dicha de sentir desde mi casa las máquinas impresoras todavía trabajando.  Y ver a Leandro ya adulto convertido en abogado. ¡Sí profesional! Como querían los papás. Tengo el orgullo también de ser al primero que vino a consultar cuando tuvo ese pequeño e insignificante problema de falsificación de unos documentos en un expediente. ¡Si hasta le habían suspendido la licencia! ¡Manga de mentirosos!

“Los Cantelli”, mis vecinos. Mis amigos. Mi segunda familia. Los hijos que no tuve. Creativos, trabajadores dignos herederos de “El Rafa” Inmigrante que ayudó hacer grande esta tierra de oportunidades.

OPERADOR: MÚSICA DE LA PELÍCULA “EL GOLPE” HASTA EL FINAL.

No hay comentarios: