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martes, 25 de septiembre de 2012

NACHO, EL CÓMODO.

La comodidad era una constante en su vida.Para ser cómodo hay una premisa: No comprometerse, seguir la corriente, evitar los problemas, aunque se los perciba,  tomando el atajo de alejarse de ellos. Nacho llevó durante sus primeros 40 años esa consigna casi sin darse cuenta. En el fútbol que comenzó desde chico a practicar, aceptaba cualquier puesto aunque a él le gustaba ser delantero. Todo sin discutir porque la pasaba bien así. Jugar era lo que le interesaba. Su primera novia seria terminó con él recriminando su falta de compromiso cuando ella comenzó a militar en organizaciones estudiantiles.Pero vendrían otras era muy joven. Estudió para recibirse de contador en la facultad privada  que su familia pagó generosamente. En la empresa donde comenzó a trabajar le reconocieron su dedicación muchas veces pero no terminaba de despegar por su falta de compromiso. Ya casado sentía que su matrimonio naufragaba, pero no tomaba la decisión de terminarlo. Un día su esposa lo dejó, de la manera más cruel: Por otro amor.En su trabajo le empezaron a pasar facturas por su comodidad de quedarse "Haciendo la plancha" y un día prescindieron de él.  Ya no estaban los padres para solucionarle el problema. Para colmo se había decidido como nunca en su vida a apoyar ese gobierno que hacia años le daba bienestar económico aunque veía que utilizaba el poder a su antojo...Se daba cuenta, claro que sí pero no quería quejarse para no tener problemas...Un día perdió la libertad de decidir lo que nunca había decidido abrumado por ese poder injusto. Y se empezó a sentirse mal...Sin el trabajo de siempre, hecho justo a su medida. Sin su esposa...Sin su padres...Ya no podía seguir siendo cómodo...¡Debía hacer algo! Y empezó cuando se reunió ese viernes, como todas las semanas, con su compañeros de siempre a jugar fútbol que tanto le gustaba. Pero ese día decidido se rebeló y dijo que quería jugar de delantero...Los amigos lo miraron asombrados y le contestaron que nunca lo había hecho y no lo iba a hacer ahora. Y lo mandaron al arco, donde lo llenaron de goles. Allí, entre lo tres palos, acorralado como en su vida, pensaba que tenía que haber reclamado antes...Pero estaba tan cómodo que no lo veía necesario. Ahora ya era tarde, porque las comodidades...Se pagan caro en la vida.

ENRIQUE DI BAGGIO 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El precio de la comodidad es un precio muy alto, quedarse haciendo la plancha eternamente, te hunde, te aplasta, hay muchos nachos, dando vueltas ;Mariano

Anónimo dijo...

En la vida hay que ser protagonista, hay que interactuar, si sos comodo, estas mal, toda tu vida te van a tener contra un arco. Humberto

Anónimo dijo...

Mi hijo era como Nacho y terminó como Nacho, un cómodo total, nunca se jugó por nada,nunca hizo nada por sí mismo, vegetó toda su vida, y yo como padre en un porcentaje contribuí a esa comodidad, fomente lo que ya estaba arraigado en el. Lucho

El buscador de Parque Chas dijo...

MARIANO.Eso es: Te aplasta. Y sí, hay muchos Nachos. Gracias
Un Abrazo

HUMBERTO: ¡Contra el arco! Eso es el significado de ir al arco cuando queres ser delantero.Gracias
Un Abrazo

El buscador de Parque Chas dijo...

LUCHO:Lamento lo que decís de tu hijo. Pero no te eches tantas culpas...Uno es el que decide lo que que quiere para su vida. Gracias
Un Abrazo