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miércoles, 12 de septiembre de 2012

PADRE JULIÁN.- AUTOR:ENRIQUE DI BAGGIO

Poco afecto al deporte...En los pocos partidos de fútbol que participaba sus amigos del barrio lo designaban para ocupar el arco. Donde nadie quería ir. Jamás participó en el glorioso "Estrellas" equipo formado por el técnico Maschiero que buscaba talentos para Charcarita y que arrasó en las ligas durante años. Su cuerpo mostraba en su crecimiento su tendencia a ser "Un gordito" pero había algo que la crueldad infantil  lo marcó para siempre. Su cola. Demasiado grande para un muchacho. Parecía que llevaba en ella esos viejos "bombachudos" de goma que cubrían antiguamente los pañales. "Julián Julián...Por el c...Te la dan" Era la frase que utilizaban en forma reiterada. Las risas que continuaban al terminar la oración sonaban como pesadillas en su mente. Un mazazo que recibía continuamente y que lo marcó para siempre. Aldo el líder elegido por todos era el principal "torturador" y creador de la maldita rima. Al crecer su cuerpo no se estilizó...Y todo fue más notorio. Al entrar en la adolescencia se fue alejando de la crueldad de sus conocidos de siempre...El mote lo siguió siempre y quedo instalado en las calles barriales. Con el tiempo, Julián encontró su vocación y estudió para sacerdote. Ya como diácono, comenzó a lucir sus dotes para servir al prójimo y fue ordenado rapidamente. Su tarea crecía y las altas autoridades de la iglesia lo fueron designando en parroquias cada vez más importantes. Un día casi 20 años después en una importante parroquia de Palermo aparecieron fantasmas de la infancia...Sin avisar. Aldo, sí Aldo...Estaba entre los    escuchas de la misa con seguramente su esposa y su madre a la que Julián reconoció. A terminar la ceremonia como siempre se quedó saludando a los creyentes...Aldo, solemne lo fue a saludar con su familia...Y percibió esa risita socarrona de siempre y pareció escuchar el "Julián Julián..Por el c...Te la dan" detrás de esa saludo cristiano. Ese lugar de Palermo los había vuelto a reunir. Aldo tenía un comercio dedicado a la venta de productos para computación a pocas cuadras de la parroquia. Fue encontrado muerto de varias puñaladas...Aparentemente fue sorprendido en el momento que estaba cerrando su local. No hubo robo a la vista. Se pensaba que se resistió y lo mataron sin poder robar. Un psicólogo criminal hubiera notado la saña de las puñaladas. Por un rato, Julián dejó de ser sacerdote y se convirtió en asesino. Sus creencias y devoción por Dios no pudieron evitar su sed de venganza que apareció 20 años después en esa risita sobradora. 
Ese domingo como siempre, muchos católicos tomaron de esas manos que día antes sellaron la vida de Aldo la sagrada comunión... Muchos se confesaron con él...Y los reconfortaba con el perdón divino de sus pecados a través de la oración. Pero él no se   reconfortaba. Primero tuvo la sensación de saciedad que otorga la venganza cumplida...Ahora la culpa lo perseguía...Después de todo, Aldo, muerto ya, igual lo seguiría martirizando...Como en los años de su infancia. Su mente jamás podrá borrarlo. Ese era su castigo mayor. Amén. 

ENRIQUE DI BAGGIO

12 comentarios:

Anónimo dijo...

La crueldad no solo de los niños, puede ser fatal, y mas que dañina, lamentablemente la venganza no trae paz al acosado. Valeria

El buscador de Parque Chas dijo...

VALERIA: Es así belleza...Es el mensaje de este pequeño cuento que te aseguro tiene bastante que ver con una historia real. Ahora conecto la radio te espero ahí.
Un beso

Anónimo dijo...

Los niños crueles siguen su crueldad en grande, Aldo tendría que haber sido castigado no privandolo de su vida, hay otras formas de castigar a los malvados de manera más efectiva. Lorena

Anónimo dijo...

En una sociedad donde se prima la perfección, tenér algún defecto es a veces mortal, pero la muerte como venganza nunca trae satisfacción. Geraldine

El buscador de Parque Chas dijo...

Bellezas les contesto en la radio en 5 minutos

Anónimo dijo...

Me gustó, es triste, es real, paso ayer, pasa hoy y seguira pasando, por desgracia, la maldad no tiene límites, Julian creyó que matándolo mataba su carga , su dolor, pero no fue así. Alejandra

Anónimo dijo...

Al margen del drama que significa la historia del padre Julian, la iglesia debe estar feliz con tu blog, jajaj monjas que dejan los hábitos, curas que albergan recogidas, curas que aceptan lo impensado, etc etc., todo una revolución positiva la tuya. Pedro

Anónimo dijo...

Disculpame, pero yo no me resigno, la maldad existe, y va a seguir existiendo la diferencia la hacemos las personas que queremos cambiar ese punto. No sos el único paladín que quiere cambiar las cosas pero que las quieras cambiar no significa que las cosas sigan existiendo
Alejandra

Anónimo dijo...

Tu vehemencia a veces no te permite vislumbrar lo que algunos de nosotros opinamos, creo que los que estamos acá, la mayoría buscamos cambiar las cosas malas. Andres

Anónimo dijo...

Está claro que el asesinato como via de venganza solo trae culpa y dolor, y el trauma no desaparece, existen mil formas de castigar a estos torturadores. Magalí

Anónimo dijo...

Que buen relato, como siempre nos ofreces lo mejor Carolina

Anónimo dijo...

Un lujo escuchar tu radio, cada cosa que lees es mejor que la otra, gracias por una tarde hermosa. Magalí