¿Que mundo le esperaba? La tristeza le calaba el alma...Recuerdos y más recuerdos...Allá en el fondo se divisaban relámpagos sobre el mar...Nada lo detenía en esa marcha sin destino. Lágrimas en los ojos que el viento secaba... La historia terminada lo atrapaba sin fuerza para escapar.
No tenía rumbo, los sentidos se habían adormecidos inmovilizados por la pena. Estaba llegando al viejo muelle de pescadores y le daba igual, no tenía rumbo ni meta que alcanzar.
Paso por debajo de aquellas maderas que crujían porque alguien arriba las pisaba. Solo se dio vuelta por inercia y allí estaba ella...Su figura, su cabellera moldeada por el viento y su voz de siempre que lo llamaba. Solos los dos frente a la inmensidad del mar. No hubo palabras, solo besos y abrazos...Sentados en el muelle sentían con sonidos, la lluvia los empezó a golpear fuerte pero nada importaba...La marcha sin destino de hace un rato, la tristeza que le calaba el alma daban paso a este reencuentro que traía los recuerdos del pasado al presente y con el futuro abierto. La lluvia se detuvo de golpe...Los dos miraban el cielo y a él le pareció ver que una nube que se disipaba era distinta a las demás porque imaginó que adentro se llevaba lejos, muy lejos la angustia y la desazón. Hasta le pareció que se despedía en su huida.
Otra vez junto a ella se sintió pertenecer a este mundo...Que creía de nuevo en él.
ENRIQUE DI BAGGIO
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