REVERENDO ENRICO 27-02-15 – CAP.3
OPERADOR: MÚSICA ¡AY DIOSITO SANTO!
SOR MARÍA PÍA: Amigos llegó la hora de las charlas con el
Reverendo Enrico que nos aclarará mitos de nuestra religión cristiana.
Auspician este segmento de la radio Provincia 94.3:
Santería Angelito- ¡Tú santería! Estampitas, estatuillas,
rosarios y todo lo que necesites para tus invocaciones.
Taller de Psicología: El último recurso. Terapias breves
que te sanarán de tus angustias. Cuando creas, equivocadamente que Dios te
abandonó, recurre a nosotros: Volverás al camino del Señor pero con la cabeza
en buen estado. El último recurso, tu taller de psicología.
OP. MÚSICA SUBE- SALE
M. PÍA: (VOZ SUMISA) (HUMILDAD Y RESPETO AL REVERENDO):
Reverendo, es un placer para mí me hayan elegido para ser quien lo entreviste y
le haga llegar las preguntas de los oyentes.
REVERENDO: El placer es mío…Es usted una de las hermanas
más devotas y trabajadora de la congregación ESCLAVAS DE LA INMACULADA
CONCEPCIÓN DEL PERPETUO SOCORRO DE LA DIVINIDAD.
M. P: Gracias Reverendo (TRANS) Me gustaría explique a lo
que apunta este ciclo que gentilmente nos cede la 94.3 Radio Provincia.
R: Es simple Sor…Apunta a acercar más a la iglesia a
través del lenguaje común de la gente. Dismitificar los mitos de una iglesia
arcaica y aconsejar dentro de la Palabra de Dios pero con sentido común.
M. P: Bien…Iremos a algunas dudas y preguntas que nos
envían oyentes a través de la convocatoria que hizo la radio.
R: ¡Adelante! (TRANS) Antes una pregunta mi querida Sor
María Pía. ¿Cómo se sintió el otro día bailando y disfrutando de la música al
final del programa?
M: (VERGONZOSA) (TARTAMUDEA) B…Bien muy bien…Pero no sé
si debo soltarme de esa manera…Mis hábitos…
R: (INTERRUMPE) ¿Sus hábitos qué? Usted sigue casada con
Dios…Pero donde le pide el Divino que usted no disfrute la música. ¿Qué pecado
es ese?
M: (DUDA) No…Sí pero…
R: ¡Adelante con las preguntas María! La vida sin música
sería un error.
OP: MÚSICA SUBE- SALE.
M: Nos escribe (REMARCAR NOMBRE) ARMANDO ESTEBAN QUITO,
de Podestá. “Padre: Soy divorciado y me siento discriminado por la iglesia que
no permite comulgar y me hace sentir un paria dentro de mi propia religión.
¿Cuál es mi pecado? Cuido a mis hijos, me ocupo de ellos…Repito: ¿Cuál es mi
pecado? Con mis ex esposa nos separamos de común acuerdo…Éramos infelices
juntos.
R: Amigo Armando…La vida terrenal es más difícil de lo
que parece. Antes se vivían 50 o 60 años, ahora la expectativa de vida subió a
cerca de 80…Los matrimonios tienen que ser muy sólidos para durar tantos años
si usted se casó joven.
M: Sí, padre…Pero es Casamiento es un sacramento
divino…¿NO?
R: Si Sor…Lo es. Pero en lo terrenal es difícil de
mantener…No imposible. Hay que tener tolerancia y amor al prójimo, pero cuando
el amor se termina…Dios entiende.
M: Pero la iglesia no permite nuevos casamiento…Uno se
casa ante Dios para toda la vida.
R: ¡Toda la vida! Ojalá se pueda…Las parejas lo hacen con
ese anhelo…Pero, la vida está llena de imperfecciones. Es mejor separarse
cuando las cosas no funcionan,
M: ¡Ay Reverendo! Usted me confunde. Yo estoy casada con
Dios para toda la vida.
R: Es distinto…Usted y su fe son una sola…Pero usted con
el Divino no convive.
M: (ASOMBRADA) ¡Si que convivo! Rezo todos los días, me
arrodillo ante él, me entrego.
R: En la vida real… (TRANS) Pero no espero que me
entienda. Volviendo a Armando le digo oyente que entiendo que se sienta
discriminado. No tengo autoridad para cambiar nada, pero la iglesia debería
rever su postura con los divorciados. Armando, piense que Dios lo sigue
iluminando igual, por algo lo ayudo a salir de un matrimonio infeliz.
M: ¡Sigo confundida!
R: María…Sea realista. El pastor debe acomodar sus
creencias a la realidad terrenal…Sino no alejamos de la gente…Un saludo
Armando…Dios está con vos.
M: Bueno Reverendo…Usted me sorprende pero mi misión es
transmitir sus palabras. Nos estamos despidiendo.
R: Sí…Hagamos una despedida con Ritmo…¡Música!
OP: MÚSICA: CELIA CRUZ- LA VIDA ES UN
CARNAVAL- SALE
(TARAREAN- BAILAN)
OP: MÚSICA- ¡AY DIOSITO SANTO!- SALE
SELVA MANGIALAVORI- ENRIQUE DI BAGGIO
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