Ayer su historia era con quien llamaba el Vikingo...A otro lo llamaba Aquiles... El que llamaba Negro estaba en su vida...A otro lo conquistaba en un viaje. Al extranjero lo usaba para sus fines. Hombres y más hombres. No podía parar. Necesitaba sentirse halagada. No se detenía en ningún puerto. Es que ella no era de aquí ni de allá ni de ningún lado. Todo bien, era su vida nadie puede juzgarla. El placer casual la atrapó...No puede detenerse. No puede sentir amor ni tener compromiso. Está perdida en su mundo donde los seres son objetos. Al darse cuenta un día quiso quitarse la vida. Pero sigue allí tratando de encontrar su camino.
Me olvidaba contarles que en ese trayecto tuvo un puerto donde ancló: Su marido de muchos años.
Dos traiciones la seguirán en su derrotero: La propia y la del que la quiso y la cobijó. Ellas la seguirán a todos lados, donde quiera que vaya. Llevará esa mochila que la acompañará a todas partes. Adonde vaya, aunque esté perdida en alguna nueva ilusión de la cual seguramente huirá buscando el camino perdido.
AUTOR:
ENRIQUE DI BAGGIO
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.
CONFUCIO
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