Translate

Vistas de página en total

domingo, 2 de diciembre de 2012

AMIGOS. Hemos leído este cuento en radio y me han pedido que lo vuelva a publicar. Ya lo había hecho el año pasado cuando competí en un concurso. Espero les guste.
Un abrazo para todos.

RAFA Y MARCIANOS EN PARQUE CHAS.

AUTOR: ENRIQUE DI BAGGIO

………………………………………..

El barrio de Parque Chas es un laberinto. Quienes no la recorren habitualmente se pierden en sus calles. Calles  circulares con leyendas urbanas que las rodean.

Dicen que un colectivo de la línea 187 que en los años 60 cubría el recorrido Chacarita- J.L.Suarez  atravesando la intrincada calle Bucarelli en el corazón del barrio un día ante un desvío tuvo que circular por la calle Londres que, por su trazado curvado,  cruza dos veces Gándara pero a 5 cuadras de distancia una esquina de otra…La cuestión es que el colectivo no apareció nunca más…Seguramente perdido. La leyenda dice que los pasajeros aún hoy deambulan por las calles del barrio tocando timbre a la 16 horas y 5 minutos…Concordando con la hora de la desaparición.

Un pareja se había citado, en la época donde no nos contaminaba el celular, en la esquina ya nombrada de Londres y Gándara …Nunca se encontraron ya que se esperaron  puntualmente en la intersección de las dos calles…pero a 5 cuadras de distancia. En ese laberinto lleno de historias creció Rafa, un niño grande con una capacidad mental  un poco disminuida pero con una imaginación  frondosa y un corazón enorme. Todo el barrio lo quería, lo protegía, lo mimaba.  Su gran amigo era el Gordo Radicheta,  hijo del verdulero del barrio. ¡Un grande en todos los sentidos!.  Con su vozarrón enorme recorría las calles ofreciendo: “ Coloradoooo el ajoooo”  “ Dos cabezas 1 pesooooooooo”. El gordo estudiaba poco y pasaba de grado por cansancio…pero  era un apasionado del Cosmos. ¡Sí, del Cosmos! ¡Igual que Rafa! Ambos se subían a la enorme terraza de la casa de Rafa que vivía con su hermano mayor  y sus padres y desde allí…con un larga vista regalo de Reyes trataban de divisar el Cosmos. Cada estrella tenía nombre. Era la década del 60…el cielo estaba más limpio.

Había un sueño que a Rafa lo desvelaba…Ver seres de otra galaxia…Estaba seguro que existían… Y que un día aparecerían por los cielos de Parque Chas, su barrio. Con el nombre de marcianos u otro… pero que algún día los vería.

Enfrente a su casa estaba la placita El Trébol donde el gordo mostraba sus dotes de arquero apoyado por Rafa que era su hincha N° 1. Detrás del arco donde le tocaba atajar sabía que su amigo, desafiando lluvia, frío, calor…Estaría allí.

Para los carnavales compartían pasos y saltos en la murga que cada noche alegraba e iluminaba la placita… Eran los tiempos más felices,  junto a la época de juntar ramas para la fogata que conmemoraba la Fiesta de San Pedro y San Pablo.

Sin embargo, la pasión por el cosmos volvía cada día.  Ya con un pequeño telescopio, regalo de sus padres para el último cumpleaños, miraban al cielo esperando respuestas.  Cuando Radicheta se ausentaba unos días del “mirador”  al volver recibía las “novedades” que venían del cielo. ¡Pero no veo marcianos!… Reclamaba Rafa…Hasta que un día,  una gran idea cruzó la cabeza de Radicheta.  Sus ojos se iluminaron de solo pensarlo.

El barrio tiene la particularidad de las casas bajas con muchos llamados P.H o casas chorizos.  Los lotes son cortos debido al trazado creado por Francisco Chas, su fundador. La casa de un amigo de Rafa y Radicheta,  El Polaco, lindaba con el contrafrente  de la de Rafa. La idea consistía en que “aparezcan” seres extraterrestres en las sombras de la noche.  Un disfraz alquilado en Casa Tito situado en la Avenida Triunvirato donde se conseguía cualquier vestimenta.  El Polaco se puso uno de marciano con una especie de escafandra y desde su casa como escenario, hicieron el sueño realidad. Reflectores pedidos a Héctor el electricista del barrio, enfocados en forma casi profesional por Radicheta hacia la silueta del Polaco aparecieron al mismo tiempo que en la cerrada noche Rafa enfocaba hacia el cielo el nuevo telescopio. El “marciano” se movía como se supone se mueven los marcianos y parecía caminar en al aire, subido a una tablón y enfocado con la luz artística.  Luces de árbol de navidad que se apagaban y prendían ayudaban en la escenografía. Al girar el aparato hacia el lugar Rafa vio su sueño hecho realidad sin enfocar al cielo, a pocos metros de altura, el marciano aparecía y desaparecía… La luz igual… ¡Son ellos gritaba en soledad  Rafa! Saltaba, enfocaba y volvía a saltar…A los pocos minutos oscuridad y silencio…Tensa espera…Para volver a aparecer subido al tanque de agua de la casa del Polaco.  ¡Sí, allí se notaba que era de color verde aunque la luz lo iluminaba por momentos! ¡Tiene antenas gritaba Rafa! Al rato, como todo extraterrestre, desapareció. ¡Pero a Rafa se le había cumplido su sueño!

La mamá lo fue a buscar…después de 4 horas allí todavía no quería bajar. Le contaba excitado a sus padres su visión esperada…No podía dormir. Pasó la noche en vela esperando encontrar a su amigo y contarle que allí habían estado ellos…Los marcianos, en el cielo de Parque Chas.

A la mañana siguiente, casi sin desayunar buscó a Radicheta.  Después de abrazar el inmenso cuerpo del gordo, apretujarlo y  cachetearlo cariñosamente le contó la “noticia”… El sentido de la amistad convirtió por un rato a Darío en un gran actor… ¡Estaba cumplido! ¡Rafa era feliz!

Las noches siguientes fueron vigilia de nuevas apariciones que no sucedieron. En su interior el Gordo tenía la esperanza que sucediera de veras. ¿Por qué no? ¿Alguien puede afirmar que es imposible?  Mientras en el corazón grande de Darío habitaba la alegría de haberle cumplido el sueño a su amigo. Por un momento Parque Chas recibió visitas del Cosmos…Para Rafa así había sucedido y eso le dio más fuerza para aún hoy, pasados tantos años seguir siendo un estudioso de la astronomía, aún con sus limitaciones, es un entendido que estudia fenómenos ovnis. Cuando los hijos del gordo lo visitan  siempre les cuenta la historia de esa noche. El barrio tomó las palabras de Rafa muy en serio y otra leyenda lo recorre y se titula: Marcianos en Parque Chas. El Gordo sonríe feliz, en su interior mantiene el secreto mejor guardado y cuando  visita al Polaco en su negocio de ferretería , con la mirada sin palabras le agradece su silencio,  ese que hizo feliz  a Rafa y creó una nueva leyenda. Una frase en un cartel a la vista del todos, entre medio de clavos y serruchos,  define el pensamiento del Polaco: “ UNA ILUSIÓN ETERNA O QUE RENACE ESTÁ MUY CERCA DE SER UNA REALIDAD”.

FIN

No hay comentarios: