Y VOLVIÒ...DE LAS AGUAS AGITADAS.

Peleò con su esposo. Saliò con su auto a gran velocidad por la Avenida Peralta Ramos rumbo al puerto de Mar del Plata o adonde su enojo la llevara. Cuando volvìa se detuvo en la playa La Perla, allì donde alguna vez Alfonsina decidiò irse... Sentado sobre la muralla de piedras estaba èl...De estatura mediana de cuerpo normal de mirada y sonrisa infernal. Sin  saber como sin haber un porqué  comenzaron a hablar.. La escuchaba, ese desconocìdo parecìa conocerla...Compraron unas cervezas que compartieron y bajaron a la arena para caminar pegados al borde del mar que los quería tocar. No sabìa que hora era. No sentìa  frìo ni calor solo miraba ese hombre que la atrajo con su conversaciòn, frontal, amena inteligente, profunda. Una carpa, el mar, recuerdos de una no muy lejana juventud...Con sus piernas trepadas en la cintura de èl parado de frente recibiò su sexo...Fuerte, seguro, tierno. El viento del mar, el ruido irrepetible de las olas golpeando y el placer inmenso del orgasmo màs sentido...Ambos soltaron casi juntos el sonido del placer .Sus pechos endurecidos paseaban por la boca de èl...Sus lenguas en danza infernal se mezclaban sin detenerse... La arena fue testigo, junto al mar y la luna  de ese sexo escondido en esa carpa ajena. Allì quedò grabada una atracciòn sin explicaciòn...placentera...desbordante y apasionante. Ella, a la inversa de Alfonsina, volviò de esas aguas agitadas donde navegò con placer.  Pero ya no era la misma. Un tornado de pasiòn la hizo volar a lugares que no esperaba visitar pero imaginaba conocer.

AUTOR:
ENRIQUE DI BAGGIO