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martes, 18 de junio de 2013

CÁRCEL DE DEVOTO - 17-06-13

P: Bienvenido al Call Center de la Cárcel de Devoto. Si quiere hundir a Vicente Vidente, digite 648.
E: ¡Este servicio es cada vez más inteligente! 6, 4, 8. (MARCA)
P: Bienvenido, Quiquito, al call center de la cárcel de Devoto.
E: Me halaga que el sistema me reconozca la voz.
P: Señor Quiquito, le recordamos que usted adeuda: diez – mil – pesos en concepto de soborno para obtener información confidencial del Servicio de Inteligencia de la Cárcel de Devoto.
E: ¡¿Diezmil pesos?! ¡Están en pedo!
P: Si usted piensa que estamos ebrios y no tiene pensado abonar, marque 1.
E: Obviamente marco 1. (MARCA)
P: Usted eligió ganarse un enemigo importante. En los próximo minutos, un comando especial irrumpirá en su casa y se la dará vuelta. Si está de acuerdo, digite 2. Si en cambio lo meditó con tranquilidad y prefiere renegociar la deuda, digite 842.
E: Estas extorciones me ponen de la nuca. 8, 4, 2. (MARCA)
P: ¡Qué bueno! En la cárcel de Devoto, nos encanta renegociar deudas con nuestros clientes. Próximamente nos estaremos comunicando con usted para combinar algún número que nos cierre más a nosotros que a usted.
E: Siempre salgo perdiendo.
P: Si desea escuchar la nueva sesión de Pablo Mezado con Vicente Vidente en el marco de la perippppcia psicológica para usar esa información en su contra, diga “woooooowww”.
E: ¡Wooooooooowwwww!
P: ¡Felicitaciones, Quiquito! A continuación escuchará lo prometido.

TONO

V: (SORPRENDIDO) Licenciado... ¿Qué hace en la puerta de esta celda?
P: Wow, wow, wow. Esto que llamas celda es mi nuevo consultorio, ¿sabes?. (TRANS.) Y ya te he pedido, Vincent, que no me dijeras licenciado. (NERVIOSO) No digo que no lo sea, tampoco digo que lo sea. Sólo que... tu sabes, luego del caso Bloomberg... Mejor llámame Pablo Mezado, ¿sí?
V: A decir verdad, “Licenciado Mezado” no suena bien.
P: ¡Ahí lo tienes!
V: Pero no me explicó qué hace en la puerta de la celda, (CORRIGE) digo, de su nuevo consultorio.
P: Tu sabes, Vincent. Tengo tantos trabajos que en el apuro... olvidé mis llaves. Asíque... estés de acuerdo o no, tendremos la sesión de la peripppcia psicológica aquí mismo en el pasillo.
V: (ENOJADO) ¡Pero... cómo puede ser! ¡Es una falta de respeto al gran Maestro Vicente Vidente! ¡Qué poco profesionalismo!
P: (OFENDIDO) Wow wow wow. What the fuck?! Eso sí que no te lo permitiré, Vincent. Podrán llamarme improvisado, podrán llamarme farsante y hasta podrán llamarme mentecato, pero nunca permitiré que me llamen poco profesional, ¿entiendes?.
V: (INCÓMODO) Bueno, Mezado, tampoco es para que se lo tome así.
P: Me lo tomo como me da la gana, ¿sí?
V: Bueno, pero... ¿Va a atenderme en este pasillo sucio y frío? ¿No habrá otra celda disponible?
P: Aunque me haya olvidado las llaves el alquiler de la celda, (CORRIGE) digo, del consultorio, me lo cobran igual. No voy a pagar dos veces por una misma cosa.
V: Pero, ¡qué barbaridad!
P: Dime, Vincent. ¿Por qué te afecta tanto el aspecto de este lugar? ¿Se parece a la casa de tu infancia?
V: (INCÓMODO) Bueno... no sé... quizás... quizás un poco de ese champagne importado que trae en la bolsa me refresque la memoria.
P: No se te escapa detalle, ¿eh, Vincent?
V: (ORGULLOSO) Lo vi con mis poderosos poderes mentales.
P: (INCRÉDULO) Sí, claro. (TRANS.) Gracias al cielo, en el pabellón de los Wasones nunca falta el buen champagne y como me deben algunos favores... tu sabes.
V: (ANSIOSO) ¡¿Me va a dar o no?!
P: Wow wow wow. Easy, men. Un trago de champagne no se niega a nadie... ni siquiera a ti, Vincent. (TRANS.) Sentémonos y... espero que no te moleste tomr del pico.

(SE SIENTAN)

V: ¡Deme eso! (TOMA)
P: (MALVADO) Eso es... toma del pico... ¡Toma hasta el último trago! (RISA MALVADA)
V: (BORRACHO) Ya puedo sentir cómo las burbujas suben a mi poderosa mente mental.
P: Eso es... quizás ahora puedas hablarme de la casa de tu infancia. ¿Habrá algún dato que te incrimine o que podamos usar en tu contra?
V: (BORRACHO) ¿Usar en mi contra?
P: (NERVIOSO) Quiero decir... en contra de los bloqueos de tu inconciente.
V: ¿El inconciente de Enrique es piquetero?
P: ¡Otra vez hablando de Enrique!
V: Pero si usted me lo nombra.
P: Concéntrate, Vincent. Estábamos hablando de la casa de tu infancia.
V: Mi casa era... vieja y...
P: Eso es... sigue parloteando...
V: Este piso frío me recuerda a cuando mis padres me encerraban en el sótano...
P: ¿Por qué te encerraban?
V: Es una larga historia.
P: (MOLESTO) Vamos a lo jugoso, ¿sí? No empieces como siempre a entrarle al parloteo.
V: ¿Parloteo?
P: Soy todo oidos, Vincent.
V: Cuando nací era tan feo que me bautizaron Vicentito, el bebé vidente y feito
P: (RIE EXAGERADAMENTE) ¡No puedo creerlo! ¡Tus padres son un ejemplo de lo que es adaptarse a una situación difícil!
V: Éra la principal atracción del barrio de Once. La gente venía a mi casa a conocerme y mis padres cobraban entrada.
P: (SENTIDO) Wow wow wow... No puedo creerlo.
V: (SENTIDO) Sí, es realmente terrible lo que hicieron.
P: (ARRIBA) ¡Lo que no puedo creer es que la gente pagara por verte a ti, Vincent!
V: Pasaron los años y al entrar en la adolescencia la gente perdió su interés en mí.
P: (RIE) Por más que lo intente no puedo imaginarte con 14 años... todo lleno de granos.
V: (SENTIDO) Había dejado de ser un negocio para mis padres. Me acusaban de haber perdido mis poderes y por eso me encerraban en el sótano.
P: Y, ¿por qué te encerraban ahí y no en tu cuarto?
V: Porque en el sótano guardaban las cientos de cajas con el merchandising de Vicentito, el bebé vidente y feíto, que ya no le podrían vender a nadie.
P: ¡Wow wow wow! ¿Has dicho merchandising? ¡Tus padres eran realmente astutos!
V: ¡Vicente Vidente no tiene padres!
P: Pero si me acabas de contar que...
V: (INTERRUMPE) ¡No tiene!
P: Wow wow wow. Easy, men. (TRANS.) Dime, Vincent... ¿Cómo fue para ti perder tus supuestos poderes?
V: (ENÉRGICO) ¡Vicente Vidente nunca perdió sus poderes!
P: Vamos, Vincent. ¿Quieres hacerme creer que tus poderes son reales?
V: (ENOJADO – LE FALTA EL AIRE) ¡Vicente Vidente es el primer y único mentalista pre natal! ¡Si me pudiera levantar del piso, me iría de aquí!
P: Wow wow wow. ¿De qué intentas huir, Vincet?
V: (ENOJADO) ¡Vicente Vidente nunca huye!
P: Easy, men. Al cabo que no es tan importante.
V: ¡Todos deben llamarme gran maestro Vicente Vidente!  
P: Con que así deben llamarte, ¿verdad? ¿Qué hay del llamado del otro?
V: Bueno, creo que...
SUENA TELÉFONO
V: Qué raro... Habla de la llamada del otro y le suena el celular.
P: Sabrás disculparme, Vincen. Debe ser algún colega.
V: Usted hable, nomás. Yo me entretengo con el champú.
P: (2DO PLANO) ¡Pupi! ¿Cómo estás, querido? Yo lo más pancho, atendiendo al logi de siempre. ¡Sí, el ridículo de la túnica! ¡No te puedo creer! ¡¿3 + 1 gratis en rueditas de skate?! No tengo skate ni creo tener nunca en mi vida, pero... ¡Estaría loco si desaprovechara esa oferta! ¡Claro, voy para allá! Le cobro al salame este y salgo. ¡No cortes! ¿Hay partido mañana? ¡Qué bueno! ¡Claro que voy! Dale, besis, ¡muac!
V: ¿Terminó?
P: El que terminó para que fuiste tú, Vincent. ¡No has dejado nada en esa botella!
V: (BORRACHO) Es tan rico el champagne...
P: (INCÓMODO) No sé si el oficial Sobretodo le habrá comentado del reajuste de la tarifa...
V: ¡¿Otra vez?!
P: Tu sabes... con esto de que el rojo se fue a la B...
V: ¡¿Qué tiene que ver?!
P: Tu sabes... negocios sos negocios.
V: (ENTREGADO) ¿Cuánto es esta vez?
P: $800.
V: ¡¿$800?!
P: ¡A penas alcanzamos a cubrir los gastos de tu champagna importada, Vincent!
V: (SENTIDO) Está bien... por lo menos a alguien le interesa que le hable de mí.

TONO

E: ¡Impresionante! Con esta data lo voy a desarmar al Vicente.
P: En nombre de la Cárcel de Devoto, esperamos que la información brindada le haya resultado de utilidad.
E: Ahora me van a fajar con la tarifa.
P: Por la plata no te preocupes, Quiquito.
E: Es como si me escuchara la máquina esta.

P: Los números después los charlamos. (TRANS.) Gracias por comunicarse con el Call Center de la Cárcel de Devoto. Cárcel de Devoto. La cárcel que elegirían los malhechores del primer mundo... ¡si pudieran!

AUTOR
PABLO MEZA.

SIN AUTOR NO HAY OBRA. 

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