¡Ojalá les guste!
Un abrazo para todos
EL GORDO RADICHETA
…………………………....
En la ciudad de Buenos Aires el barrio de Parque Chas es famoso por el trazado de sus calles. La familia CHAS, propietarios en la década del
40 de las tierras, realizaron división de lotes de una manera muy particular.
Esto originó un lugar en la cual el municipio aprobó
abrir calles de forma circular en algunos casos, diagonal en otros. Lógicamente,
al Ingeniero Chas, esto le
reportó mayores ganancias. Más chicos los terrenos… más lotes… más dinero…ecuación perfecta.
Lo bueno es que en
la actualidad es un lugar de casa bajas y al ser pequeñas las parcelas que ideó
Chas, se pueden construir edificios de hasta tres pisos solamente. Ideal para un barrio cuyos primeros terrenos fueron comprados por inmigrantes como mis abuelos. Todavía muchas de esas casas mantienen los
mismos propietarios. Ellos colaboran con la escenografía para que el ritmo y estructura del lugar pareciera
detenido en el tiempo.
Tampoco se pueden
instalar cierto tipo de negocios, salvo
en las avenidas .La décadas quedaron inmóviles en su interior.
¡Sí señores! Parque Chas a logrado lo que nadie
pudo…detener el tiempo.
En la de los años 60´ allí pasé mi infancia junto a mis amigos: El “polaco”:Miguel
Angel: Rubio y alto… “Artime”: Oscar le
decíamos así por parecerse al jugador de fútbol de la época… el
gordo Radicheta y yo “el
Colo”. El gordo vivía en ATENAS. La
calle Atenas. En Parque Chas la mayoría de las calles tiene
nombre de capitales Europeas, ejemplos: Berlín: Uno circula por ella dobla en la
esquina y …cuando cree que está en otra calle…no sigue en Berlín es circular - Londres
cruza en forma de serpiente la esquina con la calle Gándara y a 5 cuadras de allí…¡La vuelve a cruzar! .Dice
una leyenda urbana que una pareja se había citado en esa esquina en la época que
no había celulares . Nunca se pudieron
encontrar y pensaron uno del otro que habían faltado al encuentro…en realidad
estaban en la esquina indicada solo que
a cinco cuadras de distancia. Fue un amor frustrado por el intrincado trazado
de Parque Chas…nadie supo que hubiera sido de
la pareja de haberse encontrado. La lista sigue, con pequeños pasajes:
Varsovia, Estocolomo, Hamburgo, Budapest, Turín….etc.
Y la traviesa calle Bauness, que es la continuación de Cádiz, y se cruza con….Bauness
que continúa doblando hacia la derecha y se transforma en Bauness… esquina Bauness. Voy a contar un
secreto que está muy bien guardado…hasta ahora… Si usted está perdido en Parque
Chas…si dobla por Berlín y se encuentra que por 50 metros se sigue llamando
Berlín a pesar de creer que era otra calle…si después de esos metros
“avanzados” se encuentra que la calle ya
no es Berlín sino Cádiz que va girando y
a los 100 metros se transforma en Bauness (Como he dicho esquina Bauness ) y
usted se dá cuenta que volvió a la placita del Trébol…no se desespere…busque
calles que no tengan nombres de ciudades europeas (Gándara Burela Bucarelli
Victorica) y saldrá de allí, hacia un lado o hacia el otro, para algunas avenidas en las que encontrará
el mundo real y será…¡Libre! Este secreto lo supe luego de 40 años de transitar
esas calles.
¡La placita del
TREBOL! Donde nos juntábamos con el gordo, que vivía cruzando Bauness y doblando en
Atenas, y los demás.
Daniel Rizo, nombre real de Radicheta, era hijo de unos de los famosos verduleros del
barrio (de allí el apodo). Su papá era grandote y con vozarrón como él. Su mamá, bien entrada en carnes, vestida con esos batones de ama de casa. Se
cruzaba a la plaza varias veces al día para llamar al gordo pidiéndole a los gritos que vaya a hacer los
deberes que nos daban en el colegio de la calle Juramento, donde hice la
primaria completa teniéndolo de compañero.
Yo aprobaba y pasaba de grado, a él lo hacían pasar….pienso que para no
aguantar sus travesuras. Aún me parece oír la voz de la mamá: “
Daríoooooooooo….vení a hacer los deberes que si no vas a repetir”.
Radicheta ¡Qué personaje! No le gustaba el colegio… ¿Y
qué?
En verano ayudaba a su papá en el negocio esperando el
momento que más le gustaba: Salir a recorrer el barrio…¡.Su barrio! A vender
cabezas de ajo por todo Parque Chas: “
Colorado el ajooooooooooooooo” gritaba con su sonora voz. Le encantaba. De paso aprovechaba y pasaba por la casa del
colo ( o sea yo) y gritaba mas fuerte:
“Colorado el ajooooooooooooooo tres cabezas a 10” Siempre me pareció que en esa cuadra tardaba mas en recorrerla remarcando el
Coloraado…. Pero al “radicha” como le decía yo le perdonaba cualquier cosa…por
ser bueno carismático y… ¡Por todo! Con lo que encantaba recorrer la zona con
el tiempo me di cuenta que realmente lo que le interesaba era hablar con todo
el mundo saludar visitar el ajo era la excusa.
Lo inolvidable de esa época eran las fogatas de San Pedro
y San Pablo que organizábamos durante
todo el mes de junio. Juntábamos ramas sobre ramas en el centro de
la placita. Casi todas las noches
anteriores al gran acontecimiento, nos reuníamos en pequeños fogoncitos
y aparecían las historias urbanas de Parque Chas.
En esa época un
línea de colectivo (la 9, después fue 187)
osaba internarse por el centro de Parque Chas por la calle Bucarelli. Venía
de avenida De los Incas y salía por Monroe. Bucarelli es una de las pocas calles que
tienen salidas a dos avenidas. El recorrido
total era Chacarita- Jose Leon Suarez. Hace
años no circula más. En una de esas noches de reunión el Polaco contó la
historia que un día uno de esos colectivos se tuvo que desviar por Gandara y dobló
por Londres… ¡Y nunca más lo vieron! La Leyenda dice que se perdió en nuestro
barrio, que no pudo salir más del
laberinto .Algunos dicen que iba repleto de pasajeros, otros que llevaba solo diez o doce. Ahí el
Polaco pone el toque de terror: Los pasajeros perdidos no pudieron salir del
barrio y siguen tocando el timbre de las casas y desaparecen. Nos mira con los
ojos claros bien abiertos y pregunta: ¿ Nunca
les tocaron el timbre y cuando se asoman a ver quién es no hay
nadie? Todos nos miramos y asentimos que
sí. ¡Son ellos dice el Polaco! ¡Qué
h…de…p! Esa noche me parecía que el timbre de mi casa sonaba a cada rato. Mi
papá me miraba y creo que pensó: “Es grave lo que le pasa a este pibe…va y
viene a la puerta a ver si hay alguien…Le digo que el timbre no sonó y me dice
que lo sintió… ¿Habrá heredado las alucinaciones que sufría mi abuelo? ¡Dios no
lo permita!”
A partir de allí se suceden las historias. El gordo
cuenta la del taxista que trajo una pasajera y nunca más pudo salir del barrio. Se quedo viviendo en el auto y con el tiempo
empezó a trabajar de electricista hasta que se instalo definitivamente.
Pero el 30 de junio llegaba: La fogata era el espectáculo
del barrio. Salían todos a verla.
Nosotros éramos los protagonistas. ¡¨Los
creadores! Cada año más grande.. . Hasta
que un día se nos empezaron a quemar los cables de luz que cruzaban, a
gran altura, por la plaza El TREBOL. Los bomberos, que por suerte tienen el cuartel
a pocas cuadras, sobre la calle Olazábal,
apagaron lo que podía haber un
desastre.
¿Saben qué? Yo creo que hasta ese pequeño percance fue
disfrutado por los vecinos. Hoy en nuestra bendita modernidad, muchos añoran
esas fogatas y son impensables hacerlas. Yo las extraño a ellas y también a las
historias urbanas … las reuniones con mis amigos… a las papas que cocinábamos
en esas fogatas…¡ Al gordo Radicheta! . El público o sea nuestros vecinos que
tanto se quejaban por la mugre de las ramas y lo ruidos de noche
arrastrándolas…eran nuestros espectadores privilegiados. Y nosotros nos
sentíamos como actores que muestran su espectáculo que le llevó meses de
ensayo…El fuego iluminaba y mostraba nuestros rostros felices…¡Si hubieran
visto la cara del gordo! Los cachetes parecían más colorados…la ancha sonrisa
…las danzas con mis amigos alrededor de la fogata…la felicidad de todos…¡De
todos!
Cada uno siguió su camino. El Polaco es mecánico, Artime
es un capo de la Sociedad de Distribuidores de diarios y revistas y el gordo
Taxista. Hace poco él nos volvió a reunir. Antes, nos decía siempre ; ”¿Venís a
la plaza?”
En las calles de Parque Chas, allí sobre la calle Cádiz, el gordo estacionó su taxi para ir a visitar a
sus padres. Aparecen dos sujetos en una
moto para arrancarle el celular, símbolo de la modernidad sin fogata, y robarle la carterita que llevaba. Nuestro Radicheta, el que sacaba la cara cuando había una pelea,…
el que defendía lo suyo con la fuerza de su físico y su espíritu… no iba a
dejar que lo arrebaten así nomas. El que
iba atrás en la moto empujado por el gordo le disparó dos tiros. Uno
dio en su enorme corazón…enorme de bondad.
Y si, nos reunió de nuevo, en la placita otra vez. ¡No podíamos creer que esté muerto! Pensábamos contarle a sus dos hijos y a su esposa lo que
representó para nosotros. En acompañar a los padres… en….tantas cosas. Pero nos parecía verlo, cruzando la calle
hacia la plaza y gritando…juntando ramas. ¡No estaba muerto! El gordo está con
nosotros. Va a estar siempre.
¡Gordo querido! Nunca te olvidaremos. Parque Chas te
tiene escondido ¡Seguro! Estás en un
rincón …en algún pasaje de nuestro querido barrio. ¡Seguro que es así!
Al ir a la casa de mis padres desde adentro me pareció
escuchar: “Colorado el ajoooooooooooooo” .
Mis recuerdos me hicieron creer
por un momento que el gordo estaba afuera. Fui hasta la puerta de entrada y me pareció verlo. Como
cuando pensaba que los pasajeros del colectivo tocaban el timbre. Mi papá esta
vez no recordó las alucinaciones del
abuelo…Creo que me entendió… porque él también escuchó al gordo…
¡Coloradoooooooooooo el ajo!
AUTOR
ENRIQUE DI BAGGIO
SIN AUTOR NO HAY OBRA
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