Mirada estigia

Aquella fría y brumosa noche otoñal, que por cierto sería determinante para el resto de mi vida, me detuve en la esquina de Brick Lane y Hanbury, acomodé mi capa y luego en un todo resuelto me introduje en el callejón. La niebla egoísta escondía entre su densidad todas las siluetas, pero al fin de cuentas yo no necesitaba ver, conocía esos empedrados como nadie. A esas horas de la noche por las sombrías calles de Whitechapel merodeaban ebrios y prostitutas, sabía yo que bajo el dintel Annie esperaba por mí. Mientras me acercaba al lugar la ansiedad remarcaba los latidos en mi cuello, una química extraña pergeñaba en mi alma esa sensación sublime de placer por venir, tan así era el éxtasis que la distracción soslayó su figura.
De pronto un hombre distinto a todo aquél que deambulaba la zona se puso frente a mí. Asombrado, pero no asustado ya que a nada ni nadie yo temía, me quedé quieto ante él., entonces el sujeto suspiró y dijo – Debe ser más cuidadoso, ha dejado algo la vez anterior en el sitio que puede incriminarlo, no lo haga más si quiere gozar del destino que le tengo preparado. Su voz pareció venir de otro lugar y ahí por vez primera le observé sus ojos, una mirada inyectada y estigia me observó paternal entonces su forma se desvaneció. Al instante comprendí que debía ser más aplicado en mi rutina, guardé con cuidado las uvas por ofrendar y me dirigí hacia el 29 de Hanbury allí estaba Annie esperando por mí, allí comenzaría mi leyenda…
Jack el destripador

AUTOR

NÉSTOR PANSERI CABELLO

SIN AUTOR NO HAY OBRA.