Erroneamente creemos que no es correcto sentirse humano. Que no está bien sentirse desarmado, que no deberíamos trasgredir el inherente orgullo que portamos desde el momento de nacidos. Que desnudar el alma es considerado un crimen. Inevitablemente somos los que nos tocó ser, por más que no sea un juego del destino. Y eso implica en algún momento de la vida, comenzar a vivir. Ya que si afirmamos la existencia de alguna clase de vida eterna, o de un eterno retorno, la eternidad se acaba. Se nos está acabando. Y entonces nos damos cuenta que la temida vulnerabilidad no es más que una sensación relativa. Cuando se comienza a vivir, el correr de los días se torna efímero y solo cuentan aquellos que respiramos con el alma, y los pulmones, en un segundo plano son superfluos.
Así, vemos que el sentir humano, la sensación de desnudez y fragilidad que se abre paso entre las neuronas de cada uno, no son más que eso. Parte del riguroso, terrible, detallado y elíptico proceso que nos gusta denominar con el apocope "VIDA".
AUTOR
MARIA SOL MARTIN
DEL BLOG http://mariasol-martin.blogspot.com.ar/
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