Continúa su lengua investigando las cabidades de mi boca, continua su boca entregándose a mi, como queriendo abrazar mi cara, su cuerpo rodeándome y enredándome como una planta que crece desde la planta de mis pies hasta mi cabeza sin dejar que mis brazos busquen irse, porque todas las cosas que necesito viven en él.
Mientras recorre mi espalda y mi pelo con sus dedos yo me cuelgo de su cuello como si fuera el salvavidas que me ancla a este mar de mundo. Yo me cuelgo como si fuese el borde del dibujo, la terminacion de todo, como si cuando lo suelte la hoja quedara vacía. Y él fuera la escapatoria a tanto blanco.
Yo prefiero besarlo, prefiero creer en el mundo que me presentan los ojos que me espían mientras sus labios conocen a los míos como si fuera la única vez.
MARIA SOL MARTÍN
SIN AUTOR NO HAY OBRA.
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