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miércoles, 25 de enero de 2012

¿DÓNDE ESTÁ QUIROGA? Los últimos tres capítulos todos juntos...

CAPÍTULO 13

BLOQUE 1

La mañana siguiente, sin decir nada a nadie, con su mente ya mucho más clara enfiló su auto hacia el pueblo de Entre Ríos donde pasó sus últimos días el Negro. Necesitaba ver ese lugar y hablar, si era posible, nuevamente con Yoly. Calculó que en tres horas estaría allí.

No se había terminado el caso con la muerte del Negro. Alguien lo dejó escapar en tribunales. Los guardias que estaban a cargo ese día pasaron a disponibilidad y tenían sumario sobre sus acciones. Pero ellos, quien sabe, tuvieron una distracción. ¿Quién dio la orden de llevarlo a ese baño poco seguro? Según los guardias no está claro ya que se pasaron la autorización uno a otros. Aparentemente vino del juzgado. Un secretario indicó que vayan a ese baño, justo a ése. Pezoa apuntó allí.

BLOQUE 2

La línea de investigación estaba en lo cierto. El infiel secretario fue sobornado por los últimos pesos del Negro. El padre era viejo conocido de la banda y en su momento también los ayudó. Siguiendo ese dato fue relativamente fácil lograr la confesión de este delincuente con tareas judiciales. El juez fue clave en facilitar la investigación. A nadie le gusta tener un traidor en sus oficinas. Punto final. Será justicia.

BLOQUE 3

Quiroga estaba llegando. La tranquilidad entrerriana estaba al lado suyo, apenas hizo unas cuadras por la calle principal, se cruzó con un viejo coche con altavoz arriba el techo y un hombre manejando y mientras por el micrófono, con voz metálica, nombraba los negocios del lugar que lo habían contratado. Le recordó épocas de los años sesenta en su barrio. Las puertas abiertas, las bicicletas sin candados, las casas sin rejas, le parecieron un paraíso de la seguridad. Pensó en lo mucho que se habría aburrido en sus comienzos como oficial de comisaria si le hubiera tocado estar en ese pueblo. ¡Pero envidiaba tanta tranquilidad y seguridad! Le hizo añorar otras épocas. Al llegar a la plaza principal, lo de siempre: La iglesia, la municipalidad, el hotel…Estacionó su auto para ir a tomar un café y ubicar la casa de Yoly. No hizo falta, al pasar por la escalinata de la iglesia, un conjunto de personas acompañaba un féretro que salía, seguramente, de un responso. A leer el nombre del muerto un escalofrío le recorrió el cuerpo: YOLANDA ISABEL RESTELLI- Q.E.P.D- Cuando reaccionó intentó averiguar de qué había muerto. Lo miraban y no le respondían hasta que una señora con un pañuelo en la cabeza le señaló a la amiga de Yoly, la que la había acompañado a Buenos Aires. Con lágrimas en los ojos la mujer le dijo:” La pobrecita se tomó un frasco de pastillas mezcladas con alcohol” Desesperada agregó:” No pude ayudarla”. La campanada que sonó en lo alto de la iglesia, hizo temblar el corazón del Comisario.

FIN DEL CAPÍTULO


CAPÍTULO 14

BLOQUE 1

Quiroga se quedó bastante tiempo dentro de la iglesia. Reflexionaba sobre todo lo ocurrido. Un lejano rezo a María se escuchaba como fondo. Pensaba en la tragedia que trajo el odio del Negro. Era preferible que estando libre hubiera tratado de armar su banda nuevamente y no concentrar tanto odio en su venganza. Trajo angustia a su familia, casi mata a Pezoa, lo hizo sufrir en cautiverio, mató a Metralla delante de su familia, ilusionó con su vuelta a esa pobre mujer Yoly, que luego tuvo que llorar su muerte y sumergirse otra vez en la depresión que la llevaron a este final. Demasiadas cosas. Recorrió el pueblo. Pasó por delante de la casa de Yoly, último domicilio del Negro, de fondo otra vez el “auto parlante” con sus propagandas. Su celular hacia horas había perdido señal y encima la batería estaba con carga baja. Ese pueblo lo había fascinado, lo sacó de la loca velocidad de Buenos Aires y allí sí, pudo pensar. Fue a comer comida fresca y casera en un pequeño lugar, mezcla de almacén y fonda, atendido por sus dueños, mientras de fondo sonaba una guitarra con buena música folclórica y un ignoto cantante la interpretaba. Miró el reloj y emprendió la vuelta, al tomar la calle de salida, otra campanada distrajo su atención, pensó que lo despedía y le deseaba un buen regreso.

BLOQUE 2

La falta de noticias de Quiroga había puesto en vilo a Bárbara. No se comunicaba con el celular, no estaba en su oficina, nadie lo había visto. Hizo varias llamadas, incluso a la producción de la radio, a Pezoa…se le habían gastado los dedos. No quería asustar a nadie y no le avisó ni a la hija ni a sus hijos, pero estaba preocupada. El secuestro en manos del Negro, había dejado sus huellas. Una más entre todas las que dejó. Otra vez la pregunta: ¿Dónde está Quiroga? La respuesta por suerte llegó con un llamado desde la ruta del comisario. Contó donde había estado y el tema de la señal del teléfono…y se disculpó con su amada por haberse sumergido en ese lugar y la desgracia de Yoly y haber obviado que podían estar preocupados por él. La alegría de Bárbara era tan grande, que solo le dijo:” Vení pronto a casa que te extraño” La respuesta de él fue: “Voy a casa pero prepárate que nos vamos a cenar a lo de Rolo” Un restaurant que frecuentaban y que les recordaba siempre, buenos momentos.

BLOQUE 3

Antes de salir a cenar, un llamado de Pezoa. El fondo musical era una banda de jazz, desde allí el detective lo llama a su jefe (Siempre lo verá como su jefe y guía) “Comi ahora que mis piernas están bien… quiero sentar cabeza” Quiroga le respondió con una carcajada y le dijo en broma si estaba borracho. Le agregó que por el ruido y la música estaba en un boliche. Pezoa contestó “Si vine solito a tomar una copa y escuchar un poco de jazz, usted sabe que las grandes decisiones de mi vida las tomé en soledad y con esta música.” Sin esperar respuesta siguió: “Le voy a decir a mi novia que vivamos juntos y es más: Quiero que tengamos hijos” Quiroga estaba feliz. Sabía del amor que la pareja se tenía. Solo dijo: “Si no estás borracho, te felicito” Enseguida le pidió que espere, llamó a Bárbara, le susurro algo al oído y ambos al unísono le dijeron: “Era hora cabeza fresca” La risas retumbaron en el teléfono, el jazz parecía que sonaba más fuerte.

FIN DEL CAPÍTULO


CAPÍTULO 15

BLOQUE 1

La cena en lo de Rolo se extendió ya que Adalberto compartió con Bárbara todas las sensaciones que había recogido en ese pueblito. Contó con mucha pena lo de Yoly y ambos reflexionaron sobre todo lo que había pasado. Como ellos sabían hacerlo: Con riqueza espiritual y un análisis completo. Eso era lo que los unía: Sus charlas donde se escuchaban y se aportaban cosas uno al otro. Dos personas maduras que unieron sus vidas en el momento justo. Ni antes ni después. Quien sabe siendo jóvenes no hubieran podido estar juntos. Los momentos en la vida son únicos e irrepetibles. Ellos tuvieron un momento de encuentro y lo plasmaron. Volvieron a su casa y el coñac compartido y servido en copa caliente, como a ellos les gustaban, selló la noche.

BLOQUE 2

Asado en casa de Quiroga. Estaban todos, Pablo,Yoani, Martín, Patricia esposa de Martín, los nenes, Ariana y…Bárbara feliz como nunca. Sintió que la pesadilla había pasado. Que todo estaba como antes. Chistes, música, risas, de nuevo la felicidad.

BLOQUE 3

“Los declaro marido y mujer” Las últimas palabras selladas por el beso de la pareja hicieron estallar en un aplauso a los amigos. ¡Pezoa y su hermosa novia se casaron! Los testigos fueron Quiroga y la mamá de ella. Entre saludos y abrazos, el molesto arroz esparcido, Pezoa pregunta: ¿Dónde está Quiroga? Todos quedaron en silencio buscando con sus miradas alrededor. El comisario aparece tranquilamente y bajando por una escalera del registro civil, los mirá asombrado y pregunta: “¿Qué? ¿Acaso no puedo ir al baño?” Todos rieron. Al final, en un aparte Pezoa se abraza con Quiroga y al oído le dice: “Simplemente, gracias mi Comisario” Bárbara creyó ver lágrimas en los ojos de Quiroga cuando volvió junto a ellas. Pero claro, un duro como él, tenía que disimularlas.

FIN


ENRIQUE DI BAGGIO

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me da pena , pero mucha Yoli, una vida triste, que solo encontró la paz de su amor y de su alma, muriendo para poder estar con su Negro en un mejor lugar, Anita Rosario

Anónimo dijo...

Este policial abarcó todos los matices, el suspenso, el dramatismo, el miedo, la tristeza, supiste llegar al corazon con esta trama. Lucas Capital

Anónimo dijo...

Excelente tu Quiroga, me atrapó desde al pcipio al fin.Carmen, Neuquén

Anónimo dijo...

Un policial donde mostraste la marginalidad, el miedo extremo ante situaciones límites, la desasperación de una familia, todo , mil felicitaciones Jeremias

Anónimo dijo...

Sufrí como un condenado con Quiroga, con su familia, sus amigos, sufrí con Yoli, o sea , que lo que escribiste me llego y me metio en la trama, o sea, que es muy bueno lo que escribiste, Aldo Capital

El buscador de Parque Chas dijo...

ANITA: Sí, es cierto lo que decís. Lo que pasa que amó al hombre equivocado y enceguecido por una venganza. Traté de mostrar la secuela que dejan personalidades así.
Gracias. Un beso

LUCAS:¡LLegar al corazón! Es lo máximo para un escritor. Gracias.
Un abrazo.

CARMEN: ¡Qué lindo muchacha! Es un comentario sintético que dice todo. Me alegra que te haya gustado.
Un beso

El buscador de Parque Chas dijo...

JEREMÍAS: ¡Gracias! Saben que es muy importante la opinión de ustedes...Voy a dar lo máximo de mí paar que le siga interesando lo que escribo.
Un Abrazo

ALDO: Que lo hayas vivido así a mí me enorgullece, pero también vos te tenés que sentir orgulloso de poder tener esa sensibilidad.
Un Abrazo