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lunes, 23 de enero de 2012

¿DONDE ESTÁ QUIROGA?

CAPITULO 2

BLOQUE 1

Quiroga escuchaba el majestuoso silencio del lugar. Atado con una cadena a una vieja viga de hierro que cruzaba la pared en forma horizontal. Suponía que estaba en un lugar alejado de la ciudad…los únicos sonidos que se escuchaban era una radio alejada yel ruido de la cadena que lo sujetaba en uno de sus tobillos y le permitía sentarse en el piso de baldosa gastada y “moverse” en un circunferencia aproximada de un metro. El negro lo había dejado allí luego de un viaje que duró aproximadamente dos horas. Sin mediar golpes, ni maltrato solo le dijo: “En un rato te vuelvo a ver”. Metralla Gomez quedó con él, y mientras le sonreía socarronamente se aseguró que las manos de Quiroga, queden inmovilizadas delante de su cuerpo y a la vista. El clic de la llave de las esposas que tantas veces utilizó Quiroga cerró toda posibilidad de fuga. Metralla, al salir de esa especie de habitación y antes de cerrar la puerta le volvió a sonreír. El silencio, el silencio lo angustiaba aún más…Quiroga pensaba en Bárbara, en su hija, en los hijos de Bárbara socorriendo a su madre desesperada. Revivía en su cabeza todos los recuerdos de la personalidad del negro y lo que pensaba no lo tranquilizaba. Él, junto con Pezoa, habían desbaratado todos los planes de Díaz, la banda fue cayendo como castillo de Naipes. El negro nunca esperó eso de un ortiva con cargo de la federal. Creyó que para atraparlo se iba a necesitar hasta poder político…pero no…el Jefe de homicidios que intervino por las muertes que sucedían en los asaltos, y su joven y promisorio ayudante con muy poco lograron encarcelarlo. O mejor dicho con mucho: Sagacidad, profesionalismo, astucia, y sobre todo, sorpresa.

BLOQUE 2

Cónclave familiar en casa de Bárbara. Todos los que ocupaban los pensamientos de Quiroga, estaban allí. Martín, Pablo, Ariana la hija de Quiroga, Patricia la esposa de Pablo. Hacía 12 horas que no se sabía nada de él. El auto había sido encontrado en la madrugada por personal de robos y hurtos de la policía Federal. Allí en el estacionamiento, intacto. ¿Dónde está Quiroga? Se preguntaban sus ex compañeros. El detective Pezoa, todavía no puede caminar por sus fracturas, pero se comunica con Bárbara y se pone a disposición. Ya había verificado que no hubo un accidente. Comenzó a tejer su investigación tal cual le había enseñado el Comisario. Empezaba por lo lógico: Un secuestro por plata. Pero no descartaba nada…Toda la fuerza estaba de su lado…la Federal era una sola buscando a este hombre salido de sus entrañas y forjado con las premisas de un buen policía y mejor ser humano. Bárbara, aturdida por la desesperación, escuchaba atentamente las comunicaciones que hacían con sus aparatos policiales los 2 detectives de la división secuestros que se habían instalado en su casa.

BLOQUE 3

“Vas a perder todo antes de morir Quiroga”. La voz del Negro era firme y con mucha bronca contenida. Le decía que cuando él y su ayudante, el ortiva de Pezoa, lo detuvieron tenía “La papa en la boca” pero ellos lo involucraron con los asesinatos y lo complicaron en serio. Mientras le hablaba hacía girar una moneda sobre una vieja mesa de madera y levantaba la vista para mirarlo con ojos de fuego. Metralla seguía sonriendo parado en la única puerta de salida. Dedos, apodado así porque tenía la costumbre de usar sus largos dedos para sacarte algo sin que te des cuenta, como un vulgar punguista, sentado en el piso y apoyado en una pared solo tosía débilmente ante los dichos más amenazantesde su jefe. “Tu familia estará sufriendo y esperando que los llamen por algún rapto…pero no, nadie los va a llamar.” “Tu amiguito Pezoa tenía tornillitos flojos en el tren delantero de su auto…pobre, pero la sacó barata. Se te escapó la tortuga Quiroga, pensaste que el accidente de él fue solo por la alta velocidad. Parece que tu olfato está fallando” La indignación de Quiroga crecía y en un momento se inclinó hacia delante, como queriendo abalanzarse, pero el tirón y el ruido de la cadena lo volvió a la realidad. “Matame y tira mi cadáver en cualquier lugar para vanagloriarte y listo”Escupió Quiroga con voz ahogada de la impotencia. “Ya te dije ortiva, que no iba a ser tan fácil. Tu Bárbara, ¿Así se llama no? Y tu hija vansufrir no tenerte y no saber donde estás. Si te mato y muestro tu cadáver se termina todo. “Metralla: Dale un tacho para que el ortiva orine…es un enchastre lo que está haciendo ahí”Tomó su moneda giratoria y salió del lugar seguido por Dedos…los dos se dieron vuelta lo miraron antes de desaparecer y largaron una carcajada casi al unísono.

FIN DEL CAPÍTULO

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es impresionante el juego de imágenes y sonidos, mientras leía esta historia, cerraba los ojos y trataba de imaginar ese entorno, esos olores, los ruidos, simplemente impactante. Lourdes Capital

Anónimo dijo...

Que desesperación estar en esa situación, secuestrado, estando a merced de estos delincuentes, puedo sentir el miedo de Quiroga, y el miedo de su familia, Adabel Capital

Anónimo dijo...

Que desesperación estar en esa situación, secuestrado, estando a merced de estos delincuentes, puedo sentir el miedo de Quiroga, y el miedo de su familia, Adabel Capital

Anónimo dijo...

Me tiene impactada la secuencia de esta historia, sabés nivelar muy bien el hilo del suspenso, lo manejas con excelencia, me encanta. Pedro Capital

El buscador de Parque Chas dijo...

LOURDES: Gracias muchacha. Lo escribí en mis vacaciones del año pasado.
Un beso grande.

ADABEL: Si lo podes sentir está logrado el objetivo de cualquier escritor. Gracias
Un beso

PEDRO: Gracias. Es un honor leer tu comentario.
Un Abrazo