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martes, 24 de enero de 2012

¿DÓNDE ESTÁ QUIROGA?

CAPÍTULO 8
BLOQUE 1
Los quince minutos fueron eternos para Pezoa. Tantos años con “El comi”, como lo llamaba en la intimidad, le sirvieron para aprender que cuando le “Venía la inspiración” escucharlo, resulte o no, le contagiaba pasión y sabiduría que a él también lo harían un mejor policía. Pero también la impaciencia tenía que ver con la huída del negro: Sin duda estaba en peligro la vida de su maestro, y también la propia. El ruido del motor del coche del comisario llegó a sus oídos, en el antiguo y reciclado departamento, tipo pH, que compartía con un copropietario y que en común tenían un corto pasillo. Pezoa estaba en el del fondo y escuchaba perfectamente la mayoría de los ruidos callejeros del tranquilo barrio de casas bajas. Los pasos firmes por ese pasillo anunciaban su llegada, con esfuerzo, Pezoa se trasladó con sus muletas a franquearle la puerta. Después de todo, su resistencia a formalizar convivencia con su novia, la médica clínica Mariana Restivo del Hospital Curie, hacía que pase muchas horas solo en su agitada convalecencia. Sentados en la amplia mesa del comedor diario, Quiroga con su espalda bien apoyada en el respaldo de la silla, sus brazos extendidos con sus palmas apoyadas en la mesa, una postura que utilizaba cuando iba a desarrollar un tema le dice “ Mirá Pezoa, el Negro está loco conmigo y si antes lo estaba con vos, ahora lo está más. La banda la tiene desarmada, pero contactos con tipos dispuestos a todo consigue. Como no se puede exponer porque sabe que lo estamos esperando, debe estar escondido en alguna madriguera desconocida y bien disimulada. No podemos vivir pensando cuando va aparecer, si aparece, o si manda un matón que puede afectar, incluso a tu novia o tus viejos o a mi familia. Vamos a usar soplones conocidos, todos los que sean posibles para tocarle el amor propio. Que le llegue a sus oídos que me vanaglorio de las victorias que tuvimos contra él. Usemos medios de comunicación con noticias que lo provoquen, que lo hagan querer matarnos con sus propias manos”. Pezoa escuchaba atentamente: Era una idea conocida, pero la sabiduría con qué Quiroga aplicaba estos planes marcaban la diferencia. “Tenemos alguno en la fuerza que lo ayudó a escapar, usémoslo, aunque todavía no sepamos quien es” Continuó con voz firme y apasionada. Pezoa levantó la taza de café cortado con leche y la ubicó en posición para realizar un brindis simbólico. Quiroga, hizo lo mismo. El ruido de las tazas al chocar, selló el acuerdo del camino a tomar.
BLOQUE 2
En algunas revistas que profesan el llamado periodismo amarillento y que tienen grandes coberturas de casos policiales, aparecen declaraciones de Quiroga siguiendo el plan. Vanagloriándose y haciendo hincapié en su trayectoria. Todos los soplones de la Federal, difundían lo que él quería. Los jefes actualmente en ejercicio, especialmente el Comisario y jefe de Homicidios, Raúl Novara, que desempeñaba el cargo que en su última gestión ocupó Quiroga apoyaban el plan y eran los únicos que lo sabían. Hubo allanamientos con detenciones en varios lugares que estuvieron conectados con el Negro, que hasta ese momento seguía prófugo.
BLOQUE 3
Yoly, acostumbrada a vivir al límite con sus adicciones solamente apaciguadas con la edad, creía vivir de nuevo la pasión de los 20 años. Después de todo, siempre quiso tener al Negro al lado de ella, haciendo “Vida de hogar”. Pero éste, estaba inquieto. Le llegaban noticias de Quiroga de todos lados. La mayoría de sus amigos, estaban presos o demasiados ocupados en “zafar” y él no era un buen camino. Tampoco quería dar pistas de donde estaba, la casita de Yoly era todavía un lugar seguro. Comenzó a ponerse nervioso y la mujer era quien aguantaba sus cambios de humor. Se sentía preso sin estarlo y encima acrecentaba su odio contra Quiroga y también Pezoa. Con Metralla, tenía sus dudas, no sabía exactamente si él lo había traicionado. Los tangos y milongas de todo tipo que escuchaba en la radio todo el “Santo día” como le decía Yoly, lo alejaban un poco de sus preocupaciones. Cavilaciones que lo estaban volviendo loco ante la inacción. De pronto en un canal de cable, mientras Yoly buscaba una telenovela venezolana un comentarista de temas judiciales y policiales de un conocido noticiero dice como última frase de su comentario: “Definitivamente, Díaz tuvo el éxito de su huída pero está en retirada .Los golpes del Ex Comisario Quiroga primero con su detención cuando la banda arrasaba y luego con su liberación, parecería terminar con la carrera del Negro, y toda la Federal piensa que pronto quedará nuevamente encerrado. Mientras se investiga quien ayudó al escape del delincuente…” Distante a más de 300kilómetros, Quiroga escuchaba lo mismo en su casa, saboreando las palabras del periodista y disfrutando de su amor con Bárbara...hasta en eso, las diferencias con el Negro eran abismales.
FIN DEL CAPÍTULO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La novia del negro, me parece que nunca conoció alguien como la gente, es una marginada como el. Lucrecia Mendoza

El buscador de Parque Chas dijo...

LUCRECIA: Y sí son relaciones enfermizas....Gracias
Un beso grande