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martes, 24 de enero de 2012

¿DÓNDE ESTÁ QUIROGA?

CAPÍTULO 10

BLOQUE 1

El comisario pasó la noche estudiando la historia del Negro para buscar algún resquicio que le permitiera ir a su encuentro. Su historia familiar era nula ya que sus padres estaban muertos, su hermana vivía en Chile y él no hubiera podido cruzar la frontera. Su última pareja había fallecido de muerte natural y  el único hermano que lo siguió cuando formó la banda estaba preso con prisión perpetua porque  cometió, además, el error de matar a su pareja por problemas caseros. Los integrantes  de la banda estaban en la cárcel o vigilados con allanamientos y demás yerbas. ¿Dónde estaba el Negro? El celular suena y le informan la descripción física que hizo la ex esposa de Metralla. Era él sin duda, pero por lo menos tenía información de su  nueva fisonomía. Mientras Yoly lo convence de ir a misa en la iglesia del pueblo. Allí la habían ayudado a  ella a enfrentar sus adicciones. Lo presenta como un primo, el Negro, mientras se escuchaba la voz del párroco hablando a sus feligreses y algunas letanías de fondo, pensaba que estaba bien mostrar esa faceta religiosa para no levantar sospechas en el pueblo.

BLOQUE 2

Los soplones seguían difundiendo palabras que no quería oír el Negro, con el comisario de estrella estelar y, aunque la federal lo tenía como sospechoso de ser el autor de la muerte de Metralla, públicamente lo ignoraban. Quiroga seguía apareciendo en los medios ya que con su agencia particular era “consejero” sobre seguridad en varias emisoras de radio. Aprovechando eso, hablaba sobre su secuestro y pegaba a la decadencia de Díaz y de su cobardía de estar escondido y no poder rehacer su banda. Las palabras retumbaban como bombas en la casa de Yoly. El Negro parecía un león enjaulado y muchas veces se la desquitaba con ella, que sufría en silencio para retenerlo a su lado. Cada noticia que recibía cambiaba el humor y la maltrataba con palabras hirientes y despectivas. El párroco de la iglesia, padre Mario, la vio un día llorando solita en un rincón de la iglesia vacía y se acercó a ella. Unos años antes, él recién llegado a la parroquia, había sido la llave para alejarla de sus adicciones. Le contó su angustia…confesó que el negro no era su primo sino una ex pareja y que creyendo reconquistarlo lo recibió, pero con su maltrato la estaba haciendo sufrir. El padre la reconfortó y le aconsejó que lo haga seguir su camino, que no lo retenga allí. No hizo falta que ella haga nada…el Negro se preparaba para partir de nuevo. Ahora sin barba ni bigote, con un poco de pelo en su cabeza y un gorro que lo hacían ver distinto. Yoly tenía sentimientos ambiguos: Un poco de alivio porque, por lo menos por unos días, iba tener respiro el maltrato que recibía y el otro, el de siempre la sensación de perderlo. El Negro vuelve a la terminal esta vez con una decisión: Matar a Quiroga. Ya nada le importaba más que eso. Las obsesiones dejan de lado otras cosas. La balanza no tiene equilibrio. Es eso o nada. Como siempre Yoly acompañó sin preguntar…En el fondo de su corazón sentía que algo malo iba a pasar. Nuevamente el micro acelera para perderse en la noche. Como antes, el brazo del Negro se agita levemente como saludo. Casi obligado, apenas lo levanta y lo mueve lentamente de izquierda a derecha de la ventanilla.

BLOQUE 3

El día estaba muy gris y hacía frío. Quiroga se preparaba para salir. Bárbara le avisaba que estaba listo el mate que compartían todas las mañanas. Conversan. Ella sentía miedo cada vez que él se iba, lo días de secuestro la habían marcado. Pero callaba para no preocuparlo. Él temía que el Negro ataque a ella o a su hija. La vigilancia que tenían no era garantía contra las sombras. Los dos, sin decirlo, sufrían por el otro…había un después desde la aparición del Negro. Sale de su casa  y a la hora 20, luego de grabar sus consejos sobre  seguridad en la radio que lo tenía contratado, tendría  un encuentro con gente de un canal de cable que quería  contratarlo. No se acostumbraba a ser tan público, pero pensaba que su experiencia podía ayudar a la gente a tener más información y ser precavidos. Después de todo, seguía, como toda su vida, luchando contra el delito. Sus recomendaciones eran útiles y sus historias de vida policial hacían acercar más la Federal a la gente. Muchas veces sospechada, muchas veces mal mirada, su misión era que se vean las cosas positivas. Ahora, se había agregado el tema del Negro y utilizaba estos canales. En el bar de Colegiales, se encuentra con los Hermanos Ordoñez, dueños de la productora. En el medio de la conversación se levanta para ir al baño. Apenas entra, da unos pasos y casi sin darse cuenta, como por acto reflejo, mira de reojo el pequeño espejo que mostraba la puerta de entrada, la cual sintió que se abría. Era el Negro. Su figura con un arma en la mano apuntaba directo a él. Dos disparos retumbaron como si fueran petardos adentro de una lata.

FIN DEL CAPÍTULO.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiroga tuvo que ser astuto para estudiar a sus secuestradores, solo así va a poder salir de esea maraña de locura, y salvar su vida. Marisa Capital

Anónimo dijo...

Me gusta este policial, me llega, solo que lo editaste de una forma algo complicada que me cuesta hilvanar la historia si no la leo dos veces. Marisela Capital

Anónimo dijo...

Muy buena la estrategia para hacer caer a este delincuente, que en el fondo es un acomplejado e inseguro, su mismo odio lo va a llevar a equivocarse. Antonella Capital

Anónimo dijo...

Quiroga representa el comisario de vocación, bueno, responsable, es el policiá que todos quisieramos conocer. Cristiana Capital

Anónimo dijo...

Quiroga se confió con este mafioso, al cambiar de fisonomia, lo pudo engañar, ojala que pueda el comi salir de este problema. Azul Capital

El buscador de Parque Chas dijo...

MARISA: Quiroga es un personaje astuto...Cuando conozcas más de él en algunos cuentos policiales que estoy viendo la forma de poder publicarlos aquí,ya que tienen otro formato, te va a gustar má todavía. Sí, la forma de zafar de la locura es con astucia.
Un beso

MARISELA: Me alegra que te guste. Puede ser lo que decís...La verdad que dudé como hacerlo. Lo que pasa que se tendría que publicar dos o tres a lo sumo cápítulos por día pero no quise que dure tanto. Disculpame, creo que igual se puede leer claramente aunque con algunas demoras.
Gracias y un beso para vos.

ANTONELLA: Vos lo decís bien...Es un acomplejado y el odio te lleva a no razonar bien...¡Me encanta tu nombre!
Un beso

El buscador de Parque Chas dijo...

CRISTIANA: Es así. Como escritor quiero mostrar ese tipo de policía el que queremos...Te puedo asegurar que existen algunos policías con vocación de servicio y DECENTES.
Un beso

AZUL: Quiroga está atento...no te preocupes. Todo va a terminar bien hoy ya te publico el final y te vas a quedar tranquila...
Un beso