SEBASTIÁN:
¿Quién?
TUCO:
La vida.
SEBASTIÁN:
Ah, sí. (PENSATIVO) Pasa, sí.
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
Sus miradas se pierden en la profundidad del pensamiento.
TUCO:
(DE REPENTE) ¿Y cuando llueve?
SEBASTIÁN:
¿Cómo?
TUCO:
Dijiste, antes, que a veces llueve, y vos mirás.
SEBASTIÁN:
(NERVIOSO) Ah, sí. Y bueno: cuando llueve la vida pasa más rápido: todos rajan.
(RISITA NERVIOSA) Nadie se quiere mojar. (MOLESTO – DUREZA) El otro día una
vieja se paró ahí, delante del kiosco, con el paraguas todo chorreando… y yo le
decía: “Señora, corra el paraguas que me está mojando toda la mercadería”… y la
vieja como si no oyera, revisando todo, oliendo todo como si estuviera podrido…
¿Y al final sabés lo que me compró? Un chocolatín. De los chiquitos. Se mojó
toda… me mojó toda la mercadería… y compró un chocolatín. De los chiquitos.
¿Qué te parece? (ENFURECIDO) Por un chocolatín de mierda me amargó el día. ¿Te
parece justo? ¿Eh? ¿Te parece justo? Decime.
TUCO:
(SOLIDARIO) No. Claro que no.
SEBASTIÁN:
Ah. Porque por ahí te conmovías y salías diciendo que era una pobre viejita
indefensa o algo así.
TUCO:
No. ¿Cómo voy a decir eso? Era una vieja boluda. Si dejaba chorrear el paraguas
ahí…
SEBASTIÁN:
(ENCOLERIZADO) Eso. Una vieja boluda. Y la calle está llena de viejas boludas.
TUCO:
(CURIOSO) Ah, ¿sí?
SEBASTIÁN:
¡Ja! Si supieras todas las viejas boludas que hay.
TUCO:
¡No me digas! ¿Y vos las ves?
SEBASTIÁN:
¿Si las veo? ¡Ja! Y a veces tengo que tocarlas también. La vez pasada una con
cien lucas se quería llevar tres paquetes de pastillas. Tuve que agarrarle la
mano así… (CACHETEA LA MANO DE TUCO) y hacérselos soltar a la fuerza. Se hacía
la sorda la hija de puta.
TUCO:
Esa muy boluda no era.
SEBASTIÁN:
(IRA) Boluda… hija de puta… Es lo mismo.
TUCO:
(DANDO ÁNIMO - COMPRENSIVO) Bueno… menos mal que… también irán chicos a
comprar, ¿no?
SEBASTIÁN:
(PASOS NERVIOSOS) De ésos mejor no hablemos.
TUCO:
(PAUSA) Algunos problemitas tenés, parece.
SEBASTIÁN:
(ACEPTA) Y, sí. Algunos problemitas. No va a ser todo un lecho de rosas.
TUCO:
Claro. (PAUSA) Pero igual. La libertad no se paga con nada.
SEBASTIÁN:
Claro que no.
TUCO:
(ENTUSIASMADO) Y además… después, a la noche… ¿siempre vivís solo en aquel
cuartito?
SEBASTIÁN:
(PENSATIVO) Sí, siempre.
TUCO:
(CANTA SONRIENDO) “Cuartito azul”…¡Je! ¡Sebastiancito, carajo! Las fiestachas
que te debés mandar ahí, ¿eh?
SEBASTIÁN:
(RECONCENTRADO) Sí, claro.
TUCO:
Por eso… la libertad no se paga con nada. (INTRANQUILO) Y esos turros que no
aparecen. (NERVIOSO) Después vienen los líos: que el “fa”, que el “mí”… y no
entienden que yo soy casi barítono. Y que lo único que necesito es que me
acompañen. Un buen acompañamiento.
SEBASTIÁN:
(TRISTE) Quién sabe no vienen.
TUCO:
¡¿Cómo no van a venir?! Que tarden un poco no quiere decir que…(PAUSA) ¿Vos
sabés algo?
SEBASTIÁN:
(LE CUESTA DISIMULAR) No, no, no sé nada. Digo nomás. Podría ser que…
TUCO:
(INTERRUMPE - PENSATIVO) De veras. Tenés razón. No lo había pensado. Por Mingo
yo pongo las manos en el fuego. Pero a esos turros no los conozco; y quién te
dice que le fallaron.
SEBASTIÁN:
Eh…
TUCO:
(INTERRUMPE - PENSATIVO) O fueron esos.
RELATOR:
Tuco señala la puerta de entrada.
TUCO:
…que no los dejaron entrar. (PAUSA) ¿Sebastián?
SEBASTIÁN:
Qué.
TUCO:
Acompañame vos.
SEBASTIÁN:
(SORPRENDIDO) ¿Yo? ¿Con qué?
TUCO:
Con guitarra.
SEBASTIÁN:
Pero si no sé tocar.
TUCO:
Aprendés.
SEBASTIÁN:
¿Pero vos sabés el tiempo que se necesita para...?
TUCO:
(INTERRUMPE) Un curso rápido. Si esperé hasta ahora puedo esperar un poco más.
Además con vos sería grandioso. Dale, Sebastián, acompañame.
SEBASTIÁN:
Pero es que yo… (DECIDIDO) Además no puedo, Tuco.
TUCO:
¿Por qué no podés? Si te ponés a aprender…
SEBASTIÁN:
Aunque me ponga… Tengo los dedos cortos.
TUCO:
Hay guitarras chiquitas; eso no importa. Y es fácil. Escuchá y vas a ver qué
fácil.
RELATOR:
Tuco mueve sus manos tocando una guitarra imaginaria.
TUCO:
(CANTA) “Viejo smoking de los tiempos…yin, yin… en que yo también tallaba… yin,
yin…”
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
La mirada de Sebastián renace mientras Tuco termina la canción.
TUCO:
¿Viste qué fácil? ¿Eh? ¿No te parece?
SEBASTIÁN:
(CASI ACCEDIENDO) Sí, pero yo…
TUCO:
(LIGADO - APURÁNDOLO) Dale, dale, empecemos a ensayar.
SEBASTIÁN:
(INDECISO) No, Tuco, no puedo. Yo… Además quién sabe ya está el repartidor
esperándome en el boliche.
TUCO:
(CORTANTE) Está bien. Está bien. Andate, nomás. Claro. Total… vos ya
triunfaste. Los demás que se jodan.
SEBASTIÁN:
No es eso, Tuco. Es que…
TUCO:
(INTERRUMPE) Andate, andate, nomás.
RELATOR:
Sebastián lucha consigo mismo y camina dos lentos pasos hacia la puerta.
TUCO:
Pensaba darte una foto mía, dedicada, con moñito y todo, para que la pusieras
ahí en el kiosco. Ahora no te voy a dar un carajo.
SEBASTIÁN:
(2° PLANO - GIRA) Pero, Tuco. Yo…
TUCO:
(INTERRUMPE) Andate, andate, nomás.
RELATOR:
Sebastián camina dudosamente otro paso hacia la puerta y lo que escucha lo hace
detenerse.
TUCO:
Y no te voy a dar ninguna entrada para que me vayas a ver en vivo a la tele. Te
la vas a tener que conseguir vos. Vos mismo te las vas a tener que arreglar. Y,
sabés cómo se van a matar para conseguir una entrada para verme a mí, ¿no? Van
a tener que hacer una cola de tres días. Eso. (ENFATIZA) Y vos de acá. (SONIDO
DE GESTO DE CORTE DE MANGA) Vas a tener que verme en tu roñoso televisor. Vas a
tener que interrumpir una de esas fiestachas que hacés en tu bulín; porque las
minas van a querer verme a mí. Y lo único que vas a poder decirles es que yo
era amigo tuyo. (REMARCA) “Era”, ¿entendés? ¡Era! Porque desde ahora podés
hacer de cuenta que no te conozco. Y si al salir te cruzás con los de las
guitarras… por favor… ¡ni se te ocurra decirles una sola palabra, eh! ¡Ni
saludarlos!
SEBASTIÁN:
(DESESPERADO) ¡No van a venir, Tuco!
TUCO:
(CON DESPRECIO) Ah, ahora sos pesimista, también. ¿Quién lo hubiera dicho? Vos,
pesimista. Esa no es la manera de hablar de un triunfador, ¿qué querés que te
diga?
SEBASTIÁN:
¡No hinchés más las pelotas con eso, Tuco! ¡Yo no soy ningún triunfador! ¡¿No
entendés?! ¡Yo no soy ningún triunfador!
TUCO:
(PERPLEJO) ¿Qué? ¿Así que no triunfaste?
SEBASTIÁN:
¡No jodas más con eso! Lo único que yo te pido es que no te encierres aquí
como… como si encerrándote… ¿Qué ganás con encerrarte?, decime. ¿Qué ganás con
encerrarte?
TUCO:
(ASOMBRADO) No triunfaste. Y todavía me hablás de libertad.
SEBASTIÁN:
Yo no te hablé de nada, Tuco… lo único que yo…
TUCO:
(INTERRUMPE – CON DESPRECIO) Podrías haber triunfado conmigo. Te lo perdiste.
SEBASTIÁN:
Tuco… yo…
TUCO:
(INTERRUMPE) No tenés nada que aclarar. Andate, nomás.
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
Mientras Tuco empieza a quitarse el smoking, Sebastián camina lentamente hacia
la puerta.
TUCO:
Je. “Motu proprio”.
SEBASTIÁN:
(GIRA RÁPIDO) ¿Eh? ¿Cómo?
TUCO:
Me dijiste que habías venido de “motu proprio”. Vos también me jodiste.
SEBASTIÁN:
(BAJITO) No, Tuco. Lo que yo…
TUCO:
(INTERRUMPE) Me importa un carajo. Andate, andate nomás.
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
Sin estar seguro de irse, Sebastián observa desde la puerta cómo Tuco guarda el
smoking en la valija.
SEBASTIÁN:
(2° PLANO) ¿Me voy, entonces? (PAUSA) Mirá que me voy, ¿eh?
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
Al terminar de guardar el smoking, Tuco va a la mesita y vierte clara de huevo
del jarro a la taza. Las fuertes gárgaras no le permiten escuchar otro sonido.
TUCO:
(GÁRGARAS FUERTES)
SEBASTIÁN:
(2° PLANO) (ALTO) Yo no tengo la culpa, Tuco. Quise ayudarte, nada más. El que
te jodió fue el Mingo. Es un hijo de puta. Y vos sos un cantor fenómeno.
(GÁRGARAS MÁS FUERTES DE TUCO) (PASOS DE 2° A 1°) (GRITA) ¡Escuchame, Tuco! Te
digo que yo vine porque quise ayudarte. No te jodí. (GÁRGARÁS MÁS FUERTES DE
TUCO) (ALTO) ¡Oíme, carajo! ¡Te digo que yo no tengo la culpa!
RELATOR:
Tuco se señala el oído indicando que no oye.
SEBASTIÁN:
(GRITA) ¡Digo que yo no tengo la culpa… y que siempre pensé que sos un cantor
fenómeno! ¡Lo de la televisión es puro grupo pero vos no sos grupo, Tuco, vos
no sos grupo! (TUCO DISMINUYE VOLÚMEN DE GÁRGARAS) ¡Sos un cantor fenómeno!
¡Como Gardel! ¡Cantás mejor que nunca! ¡Y te parecés! ¡Claro que te parecés,
Tuco! ¡Y si querés… (TOMA CORAJE) si querés te acompaño, qué carajo! ¡Hago un
curso rápido y te acompaño! ¡Y voy a ser mejor guitarrista que cualquiera de
esos turros que el Mingo dijo que iba a mandar y que… (SE TERMINAN LAS
GÁRGARAS) (CALLA)
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
Tuco lo mira fijo, va a la mesita, vierte la clara de huevo en el recipiente y
enfrenta a Sebastián.
TUCO:
¿Cómo dijiste?
SEBASTIÁN:
Que… yo te acompaño. Hago un… curso rápido, y… te acompaño, Tuco.
TUCO:
¿Seguro?
SEBASTIÁN:
Seguro.
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
Tuco se apura a sacar el smoking de la valija, se lo pone y se sube al cajón.
TUCO:
Empecemos a ensayar, dale. Agarrá la guitarra.
RELATOR:
Sebastián mira alrededor confundido mientras Tuco rasga las cuerdas de su
guitarra imaginaria.
TUCO:
Dale. Agarrala.
SEBASTIÁN:
Ah, sí. (PASOS DE 2° A 1°) (IMITA SONIDO DE GUITARRA) Triiin, triiin, triiin.
TUCO:
Eso. Afinala. Pero nada de “fa”, ¿eh? Ya escuchaste el disco. Lo que necesito
es un acompañamiento, nada más.
SEBASTIÁN:
Vos cantá, Tuco. Cantá que matamos.
TUCO:
Dale. Tocá.
RELATOR:
Tuco pone cara con sonrisa de Gardel y prepara su ademán. Sebastián, felíz,
responde con otra sonrisa.
SEBASTIÁN:
(IMITA SONIDO DE GUITARRA) Triiin, triiin, triiin.
TUCO:
(CANTA) “Viejo smoking de los tiempos… en que yo también tallaba…”
OPERADOR:
ACORDE
RELATOR:
Tuco siguió cantando “viejo smoking” subido al escenario de su imaginación y
Sebastián, con su guitarra invisible, fue su fiel acompañamiento.
OPERADOR:
MÚSICA FINAL
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