LAS CUATRO ESTACIONES,

Siempre la admiró por su talento. Fueron creciendo juntos desde aquellas clases que compartían en el conservatorio. Fue creciendo su deseo por ella...Bella, sensual, talentosa. Admiraba su talento, amaba a esa mujer. El día de su consagración había llegado...Ella daría su concierto..."Las 4 estaciones" De Vivaldi...¿Sería ese el día que pudiera decirle lo que sentía? El anfiteatro al aire libre asomaba en el parque...Gente de todos lados se acercaban a endulzar sus oídos. Cuando apareció en el escenario sintió que se estremecía al verla...¡Estaba tan linda! Pensaba que ese era el día que tenía que decirle lo que sentía. Imaginaba que solo le estaba ofreciendo a él la música de ese violín...Pero solo fue un espejismo. Los aplausos y los bravos lo volvieron a la realidad...Al terminar decenas de personas se acercaron a ella...Ni siquiera lo había visto. No había notado que él ese día fue a verla y menos imaginó que ese era el día elegido  para mostrarle su corazón. La noche lo esperaba con la música aún en sus oídos y la tristeza de creer que la había perdido para siempre. La luna llena con su romanticismo, entraba con su luz por la ventana de su dormitorio...Lo hacía pensar aún más en lo que podía haber sido...Terminaba el día soñado que su mente había creado sin el sueño cumplido. 
Ese mediodía sonaba su teléfono...Sintió el acorde de un violín... Era la voz de ella...¡Lo vio! En medio del recital había notado su presencia. Sintió que sus piernas se aflojaban...Y hasta volcó la botella de vino semi vacía...Le agradeció que la haya ido apoyar en ese día tan difícil y le pidió verlo para festejar con él y hasta le hizo un pequeño reproche por haberse ido. La cena fue en aquél restaurante  visitado por artistas y en el que tantas veces habían ido con sus compañeros. Se fueron juntos de la mano rumbo a lo que ambos deseaban...Las palabras sobraban. Apenas entraron al departamento donde la noche anterior era todo frustración....Se besaron con la fogosidad de lo contenido...De lo tantas veces deseado.Recorría con su boca cada centímetro de su piel... Esa piel blanca y suave que deseaba. Ella volaba como cuando suena el violín y atraviesa el corazón. Los orgasmos tenían música...Lo movimientos, las manos, lo brazos eran vehículos de  caricias y sexo en dosis que los elevaba hasta el universo. Ambos habían sentido lo mismo todo este tiempo...La musa inspiradora de la música había logrado que ella lo vea en la multitud, o quizá lo estaba buscando de la forma que uno busca algo que desea...Seguramente la energía tan fuerte de ambos llevó la mirada al lugar indicado...¡Los deseos de tanto desearlos a veces, se hacen realidad! Las 4 estaciones los encontrará juntos, un violín sonará es  el mismo que un día los unió. Entre notas y corcheas, el amor apareció y está en su plenitud. 

AUTOR.
ENRIQUE DI BAGGIO