Un Abrazo a todos.
Entre investigaciones y televisión, Quiroga no deja de pensar en Bárbara. Esa mujer aparentemente segura, hábil en los negocios, pero que necesita ternura, calor de hogar y apoyo de alguien que la ayude en esos momentos de soledad. Yo soy ese hombre, se dice a sí mismo. Un imaginativo llamado logra lo que hace tiempo anhela. Cuando Bárbara lo atiende en el teléfono de su casa le pide que cierre los ojos y solo lo escuche a él. Casi susurrando, pausadamente le va contando como amasaría el mismo las pastas con la que la agasajaría en su casa…los ingredientes de la salsa…uno a uno, sus proporciones y olores que van originando al cocinarse…”No abras los ojos…huele solamente” le dice…le describe la mesa iluminada con una luz tenue y velas que arden, vestida con un mantel profundamente blanco y unas rosas rojas engalanando la mesa. Una botella de vino Malbec espera para ser consumida por dos personas solas que quieren hacer de esa noche… inolvidable. “Decime por favor si logré que sientas lo que yo sentí…solo con eso me conformo”. Bárbara volvió a la tierra estremecida por esos minutos de magia que le había transmitido nuestro duro comisario…No pudo más que aceptar la invitación para el próximo viernes a la noche. Il fatto in casa se iba a concretar. Ella ya había perdido la costumbre de que alguien pudiera transmitirle tanto y conmoverla a tal punto que cree que al cortar…una lágrima se le escapó.
Viernes a la noche. El momento esperado. Quiroga recibe en su casa a Bárbara. Un suave bolero de Edyy Gorme y el Trío los Panchos música de la década del 60 de la que es fanático el comisario hoy transformado en el romántico Quiroga. Se escucha: “ Si tuviera cuatro vidas…cuatro vidas serían para ti…” El hombre acompaña suavemente la canción cuando suena el timbre y llega la deseada Bárbara. Vestida con un elegante vestido negro, no muy corto ni muy largo, suavemente maquillada y con un pequeño brillo sobre sus labios. Su pelo castaño con el corte de acuerdo a su edad. Sus hermosos ojos brillaban más que nunca opacando a su gargantilla de oro. La sonrisa franca y sincera de Quiroga le dio más confianza en que ese hombre merecía que fuera a ese lugar donde seguramente la agasajaría con lo mejor que tenía: su espontaneidad. Sentía que esa no iba a ser una noche más.
El buen humor, la charla amena de dos personas maduras y con distintas vivencias hicieron que la exquisita pasta preparada por Quiroga, el rico vino Malbec y el dulce postre pasaran a ser una excusa. Él un caballero…ella una dama…esa era la pintura. La música de Los Plateros con el “Gran Simulador” y Armando Manzanero eran el sonido de fondo…las miradas, el roce de las manos, el bolero bailado “como antes” fueron el prólogo del amor plasmado en el sexo maduro de dos personas que tienen los cinco sentidos a flor de piel. El final empieza con el amanecer que trae a su vez un nueva oportunidad que les dá el amor nacido de la admiración.
3 comentarios:
Este encuentro está fantástico, pero creo que lo hubiese disfrutado mas si lo publicabas otro día diferente al del policial de Quiroga, creo que se pierde su escencia justo hoy que coincide con el final. Betina Capital
Un encuentro terriblemente romántico, tierno, pero que no encaja con el final de Quiroga, mañana quizás lo habria disfrutado mas. Igualmente muy hermoso. Carolina Capital
BETINA: Puede que tengas razón. Es para tomar en cuenta, a veces mis ganas de entregarles cosas las hace cruzarse.
El encuentro merecía otro contexto. Gracias e smuy importante tu comentario.
Un Beso
CAROLINA: Coincidís con Betina en que era mejor publicarlo en otro momento. Lo voy a tomar muy en cuenta. Me alegro que te haya gustado.Gracias
Un Beso
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