CARTA DE
INOCENCIO PARA EL MAESTRO VICENTE.
Culculá, 23
de Febrero de 2013
Querido
Maestro: Le escribo desde el retiro espiritual al que me trajo la congregación
en medio de la Selva Ugandesa. Ante su larga ausencia he tenido que aceptar
venir aquí ya que tuve varias crisis y no tenía a quien recurrir. Le había
contado de mi cambio hacia el costado espiritual de la vida con dedicación
exclusiva hacia Romina, mi novia. Pero en muchos momentos mis instintos me
llevaron a querer volver a esa vida llena de placeres de todo tipo. Viendo como
se montan y reproducen aquí los Leones, Jirafas,Tigres recuerdo mucho de
aquellas aventuras bisexuales. Pero enseguida la ayuda de los maestros me
vuelve a los caminos que no debo
abandonar. El selvático lugar recuerda parte de mi infancia en la selva misionera.
Pero hay algo que sí me hace vibrar y querer retornar al camino desprejuiciado
que había logrado a partir del destape de mi timidez: EL Falo sagrado que usted
tan bien usa. Es más cerca de mi ventana hay palos selváticos muy parecidos que
me hace añorar el suyo, único, sin igual…Al no poder recurrir a usted la
salvación la hallé aquí. Sin casi contacto humano con el exterior siento que
estoy más tranquilo. Pero sé, y por eso quiero que se entere de lo que me
pasa…Las recaídas volverán. Extraño mi vestimenta pulcra y seductora, ya que
acá solo usamos un short, camisola y ojotas. No sé de mi novia…En estos últimos
diez días estuve desconectado y tengo miedo que otro amor con menos
complicaciones que yo al que usted sabe sus padres quieren borrar…Veo muchos buitres pasando por este lugar y siento
que cerca de ella debe haber varios esperando mi cadáver. Lo único que me
acerca a las tentaciones es el negro que cuida los jardines…Se Llama Idi Amin y
no sé si me mira para comerme o porque le gusto. Desde que descubrí mi
bisexualidad que tengo esa duda de la enormidad de los negros…. Como verá, mi
mente sigue tan confusa como antes…Pero dentro de esa confusión me doy cuenta
que lo más seguro de mi la terrible, penetrante e insoportable sensación de no
tocar su falo, a esta altura una necesidad. En mis pesadillas se me repite una
y otra vez la fatídica última vez que lo fui a ver y no quise recibir su
bendición sagrada…¡Nunca me lo perdonaré! Disculpe esas manchas en el papel ,
son mis lágrimas. Volveré el fin de semana y espero el lunes verlo en forma urgente.
Le envié giro de $ 4000 a su nombre como adelanto de sus honorarios. Espero
comience a interceder con sus poderes para que Romina me espere. Lo único bueno
que rescaté durante su ausencia es que me enteré que se llevó a la producción a
Bariloche…¡Al fin estuvo con un hombre esa pobre mujer! Convengamos que Enrique
es un mamarracho.
Gracias por
existir Maestro.
Un Abrazo
para usted y salude de mi parte al gran falo.
INOCENCIO.
PD: 1)Le
dejé en la radio dos frascos del perfume AZZARO.
2) Estoy tratando
desde mi ventana convencer al mono para
que se cruce con la elefanta. Por ahora solo contesta “Ugg dadá” Y se señala
sus genitales.
AUTOR
ENRIQUE DI BAGGIO
SIN AUTOR NO HAY OBRA.
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