EL SECRETARIO...LLEGÓ.

Pasaron 5 años y el final anunciado de ese gran amor todavía dolía. Enfrascada en su trabajo, recibida hace poco de abogada sus pasiones eran descargadas en aburridos expedientes, mediaciones sin sentido y causas perdidas. A veces pensaba que ella misma era una causa perdida....Tanto le dolió tanto la afectó que los hombres pasaban de largo en su vida. El sexo sentido era lo único que admitía...Acabar y sentirse plena...Tocada siendo amada. La sensación de vacío que le producía el sexo por el sexo mismo la hacía sentir mal...Pero un día una discusión en un juzgado, un secretario que actúa por un reclamo formal...Los cruzó en el camino. Siguieron con un café, una invitación a cenar y esos ojos intensos, ese trato cordial, esa sonrisa sensual la llevaron sin casi darse cuenta a lo que no esperaba...Entraba y salía de su cuerpo provocando sensaciones distintas a las vividas...Sus manos parecían haber sido creadas para tocarla...La magia apareció en pleno retiro. Volvió al sexo oral que tanto le gustaba, su boca paseaba  como nunca la de él besaba sus pechos con sensualidad que le hacían erizar la piel. Cada penetración era distinta a la otra. Cada explosión hacía vibrar sus cuerpos por largos momentos...La vida le está dando otra oportunidad... Está sintiendo como ella quería...Está con alguien que siente le hace amor con todas la letras y en mayúsculas. Las sensaciones que creía perdidas están intactas, la sinfonía buscaba quien la pudiera interpretar...Y el Secretario del Juzgado supo sacarla del ostracismo con armas muy simples....que tienen que ver con energías cruzadas en el momento justo...sin interferencias. Él también necesitaba alguien en quien desplegar su arte de seducción y respeto. Luego el sexo hizo el resto...Allí sí, los dos volaron a la misma dimensión. La hermosa dimensión desconocida que se descubre en ese instante de pasión.  

AUTOR: 
ENRIQUE DI BAGGIO.
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SIN AUTOR NO HAY OBRA.