Translate

Vistas de página en total

martes, 2 de julio de 2013

El GORDO RADICHETA

AMIGOS: Quiero compartir con ustedes unos de mis primeros cuentos como escritor. Le tengo un cariño especial porque me lleva de paseo por mi barrio y mi infancia. La gente que sigue el Blog desde sus comienzos  seguramente lo leyó. Es para todos. Les puede gustar o no pero tiene mucho sentimiento puesto en él. 
¡Emocionante el apoyo y los mensajes de ayer por los dos años del blog! Como siempre ¡Gracias!
Un abrazo para todos

 EL GORDO RADICHETA
…………………………....
En la ciudad de Buenos Aires el barrio de Parque Chas  es famoso por el trazado de sus calles.  La familia CHAS, propietarios en la década del 40 de las tierras, realizaron división de lotes de una manera muy particular.
Esto originó un lugar en la cual el municipio aprobó abrir calles de forma circular en algunos casos,   diagonal en otros.   Lógicamente,  al Ingeniero Chas,  esto le reportó  mayores ganancias. Más  chicos los terrenos…  más lotes… más dinero…ecuación perfecta.
Lo bueno es  que en la actualidad es un lugar de casa bajas y al ser pequeñas las parcelas que ideó Chas,  se pueden construir edificios de  hasta tres pisos  solamente.  Ideal para un barrio  cuyos primeros terrenos fueron comprados  por inmigrantes como mis abuelos.    Todavía muchas de esas casas mantienen los mismos propietarios. Ellos colaboran con la escenografía para que  el ritmo y estructura del lugar pareciera detenido en el tiempo.
Tampoco  se pueden instalar  cierto tipo de negocios, salvo en las avenidas .La décadas quedaron inmóviles en su interior.
¡Sí señores! Parque Chas a logrado lo que nadie pudo…detener el tiempo.
En la de los años 60´ allí  pasé mi infancia junto a mis amigos: El “polaco”:Miguel Angel: Rubio y alto… “Artime”: Oscar  le decíamos así por parecerse al jugador de fútbol de la época…   el gordo Radicheta  y  yo  “el Colo”.  El gordo vivía en ATENAS.   La calle Atenas.    En Parque Chas la mayoría de las calles tiene nombre de capitales Europeas, ejemplos:   Berlín: Uno circula por ella dobla en la esquina y …cuando cree que está en otra calle…no   sigue en Berlín es circular -   Londres cruza en forma de serpiente la esquina con la calle Gándara y  a 5 cuadras de allí…¡La vuelve a cruzar! .Dice una leyenda urbana que una pareja se había citado en esa esquina en la época que no había celulares .  Nunca se pudieron encontrar y pensaron uno del otro que habían faltado al encuentro…en realidad estaban en la esquina indicada  solo que a cinco cuadras de distancia. Fue un amor frustrado por el intrincado trazado de Parque Chas…nadie supo que hubiera sido de  la pareja de haberse encontrado. La lista sigue, con pequeños pasajes: Varsovia,  Estocolomo,  Hamburgo,  Budapest,  Turín….etc.   Y la traviesa calle  Bauness,  que es la continuación de Cádiz, y se cruza con….Bauness que continúa doblando hacia la derecha y se transforma en   Bauness… esquina Bauness. Voy a contar un secreto que está muy bien guardado…hasta ahora… Si usted está perdido en Parque Chas…si dobla por Berlín y se encuentra que por 50 metros se sigue llamando Berlín a pesar de creer que era otra calle…si después de esos metros “avanzados” se encuentra que  la calle ya no es Berlín sino Cádiz que va girando  y a los 100 metros se transforma en Bauness (Como he dicho esquina Bauness ) y usted se dá cuenta que volvió a la placita del Trébol…no se desespere…busque calles que no tengan nombres de ciudades europeas (Gándara Burela Bucarelli Victorica) y saldrá de allí, hacia un lado o hacia el otro,  para algunas avenidas en las que encontrará el mundo real y será…¡Libre! Este secreto lo supe luego de 40 años de transitar esas calles.
 ¡La placita del TREBOL! Donde nos juntábamos con el gordo,  que vivía cruzando Bauness y doblando en Atenas,  y los demás.
Daniel Rizo, nombre real de Radicheta,    era hijo de unos de los famosos verduleros del barrio (de allí el apodo). Su papá era grandote y con vozarrón como él.  Su mamá, bien entrada en carnes,  vestida con esos batones de ama de casa. Se cruzaba a la plaza varias veces al día para llamar al gordo  pidiéndole a los gritos que vaya a hacer los deberes que nos daban en el colegio de la calle Juramento, donde hice la primaria completa teniéndolo de compañero.  Yo aprobaba y pasaba de grado, a él lo hacían pasar….pienso que para no aguantar sus travesuras. Aún me parece oír la voz de la mamá: “ Daríoooooooooo….vení a hacer los deberes que si no vas a repetir”.
Radicheta ¡Qué personaje! No le gustaba el colegio… ¿Y qué?
En verano ayudaba a su papá en el negocio esperando el momento que más le gustaba: Salir a recorrer el barrio…¡.Su barrio! A vender cabezas de ajo por todo Parque Chas:  “ Colorado el ajooooooooooooooo” gritaba con su sonora voz.  Le encantaba.  De paso aprovechaba y pasaba por la casa del colo ( o sea yo)  y gritaba mas fuerte: “Colorado el ajooooooooooooooo tres cabezas a 10”   Siempre me pareció que en esa cuadra  tardaba mas en recorrerla remarcando el Coloraado…. Pero al “radicha” como le decía yo le perdonaba cualquier cosa…por ser bueno carismático y… ¡Por todo! Con lo que encantaba recorrer la zona con el tiempo me di cuenta que realmente lo que le interesaba era hablar con todo el mundo saludar visitar el ajo era la excusa.
Lo inolvidable de esa época eran las fogatas de San Pedro y  San Pablo que organizábamos durante todo el mes de junio.   Juntábamos ramas sobre ramas en el centro de la placita.  Casi todas las noches anteriores al gran acontecimiento, nos reuníamos en pequeños  fogoncitos  y aparecían las historias urbanas de Parque Chas.
 En esa época un línea de colectivo (la 9, después fue 187)  osaba internarse por el centro de Parque Chas por la calle Bucarelli. Venía de  avenida  De los Incas y salía por Monroe.   Bucarelli es una de las pocas calles que tienen salidas a dos avenidas.  El recorrido total era Chacarita- Jose Leon Suarez.  Hace años no circula más. En una de esas noches de reunión el Polaco contó la historia que un día uno de esos colectivos se tuvo que desviar por Gandara  y  dobló por Londres… ¡Y nunca más lo vieron!   La Leyenda dice que se perdió en nuestro barrio,  que no pudo salir más del laberinto .Algunos dicen que iba repleto de pasajeros,  otros que llevaba solo diez o doce. Ahí el Polaco pone el toque de terror:   Los pasajeros perdidos no pudieron salir del barrio y siguen tocando el timbre de las casas y desaparecen. Nos mira con los ojos claros bien abiertos y pregunta: ¿ Nunca  les tocaron el timbre y cuando se asoman a ver quién es no hay nadie?  Todos nos miramos y asentimos que sí.  ¡Son ellos dice el Polaco! ¡Qué h…de…p! Esa noche me parecía que el timbre de mi casa sonaba a cada rato. Mi papá me miraba y creo que pensó: “Es grave lo que le pasa a este pibe…va y viene a la puerta a ver si hay alguien…Le digo que el timbre no sonó y me dice que lo sintió… ¿Habrá heredado las alucinaciones que sufría mi abuelo? ¡Dios no lo permita!”
A partir de allí se suceden las historias. El gordo cuenta la del taxista que trajo una pasajera y nunca más pudo  salir del barrio.  Se quedo viviendo en el auto y con el tiempo empezó a trabajar de electricista hasta que se instalo definitivamente.
Pero el 30 de junio llegaba: La fogata era el espectáculo del barrio.  Salían todos a verla. Nosotros éramos  los protagonistas. ¡¨Los creadores!  Cada año más grande.. . Hasta que un día se nos empezaron a quemar los cables de luz que cruzaban,   a gran  altura, por  la plaza El TREBOL.  Los bomberos, que por suerte tienen el cuartel a pocas cuadras, sobre la calle Olazábal,   apagaron lo que podía haber un desastre.  
¿Saben  qué?  Yo creo que hasta ese pequeño percance fue disfrutado por los vecinos. Hoy en nuestra bendita modernidad, muchos añoran esas fogatas y son impensables hacerlas.  Yo las extraño a ellas y también a las historias urbanas … las reuniones con mis amigos… a las papas que cocinábamos en esas fogatas…¡ Al gordo Radicheta! . El público o sea nuestros vecinos que tanto se quejaban por la mugre de las ramas y lo ruidos de noche arrastrándolas…eran nuestros espectadores privilegiados. Y nosotros nos sentíamos como actores que muestran su espectáculo que le llevó meses de ensayo…El fuego iluminaba y mostraba nuestros rostros felices…¡Si hubieran visto la cara del gordo! Los cachetes parecían más colorados…la ancha sonrisa …las danzas con mis amigos alrededor de la fogata…la felicidad de todos…¡De todos!
Cada uno siguió su camino. El Polaco es mecánico, Artime es un capo de la Sociedad de Distribuidores de diarios y revistas y el gordo Taxista. Hace poco él nos volvió a reunir. Antes, nos decía siempre ; ”¿Venís a la plaza?”
En las calles de Parque Chas, allí sobre  la calle Cádiz,  el gordo estacionó su taxi para ir a visitar a sus padres.   Aparecen dos sujetos en una moto para arrancarle el celular, símbolo de la modernidad sin fogata,  y robarle la carterita que llevaba.  Nuestro Radicheta,  el que sacaba la cara cuando había una pelea,… el que defendía lo suyo con la fuerza de su físico y su espíritu… no iba a dejar que lo arrebaten así nomas.  El que iba atrás en la moto empujado por el gordo le disparó dos tiros.  Uno  dio en su enorme corazón…enorme de bondad.
Y si, nos reunió de nuevo,  en la placita otra vez.  ¡No podíamos creer que esté muerto! Pensábamos  contarle a sus dos hijos y a su esposa lo que representó para nosotros. En acompañar a los padres… en….tantas cosas.  Pero nos parecía verlo, cruzando la calle hacia la plaza y gritando…juntando ramas. ¡No estaba muerto! El gordo está con nosotros. Va a estar siempre.
¡Gordo querido! Nunca te olvidaremos. Parque Chas te tiene escondido ¡Seguro!  Estás en un rincón …en algún pasaje de nuestro querido barrio.  ¡Seguro que es así!
Al ir a la casa de mis padres desde adentro me pareció escuchar: “Colorado el ajoooooooooooooo” .   Mis recuerdos me hicieron creer por un momento que el gordo estaba afuera. Fui hasta  la puerta de entrada y me pareció verlo. Como cuando pensaba que los pasajeros del colectivo tocaban el timbre. Mi papá esta vez no recordó  las alucinaciones del abuelo…Creo que me entendió… porque él también escuchó al gordo…
¡Coloradoooooooooooo el ajo!

No hay comentarios: