ACABANDO JUNTAS.

Se sentía seducida y no podía resistirse. Su voz, su boca, su buen humor...Todo le gustaba. Una mezcla explosiva que le hizo replantear su gusto sexual. ¡Era su amiga! Y le encantaba...Un día casi sin darse cuenta se estaban besando con lenguas inquietas y ternura de mujer. Sus manos se cruzaban tocándose los pechos y se apretaron fuertemente casi penetrándose. Nada las detuvo. Dedos penetrantes, pezones endurecidos...Sabor a mujer en la boca. ¿Como volverían de eso? ¿Querrían volver? Ninguna había probado hasta ese momento esa sensación que nunca imaginaron iban a sentir. Pero la confusión llegó. Ambas estaban sin pareja pero el sexo con un hombre nunca les faltó. La erección masculina, los brazos fuertes, la pasión varonil eran elementos difíciles de remplazar. El adorable y fresco muchacho del Delivery que tantas veces les trajo pizzas podía aportarle claridad a la confusión. En pleno horario de trabajo con la moto aún en marcha...Lo hicieron pasar y contra esa pared ambas lo hicieron acabar. Cuatro manos dos bocas que se besaban entre sí. Y lo esperaron de madrugada para que él vuelva a sentir a esas dos bellas entregadas de a dos. ¡Noche de sexo frontal y variado! Una subía sobre el miembro de él, único e irremplazable,  mientras se besaba con su amiga que de cuclillas  rozaba con su sexo la boca del muchacho. Trío genial, sensación total. Juntas con sus labios en el miembro juvenil y erecto pasearon sus lenguas. ¡Y se besaban! No podían perderse ese placer. El noble muchacho agradecido de tantas sensaciones solo atinaba a emitir sonidos...Juntas probaron, juntas gozaron...¿ Como seguirían? La historia no tiene final...Cada fin de semana de los últimos tres, hombres distintos pasaron por sus camas pero con ellas   siempre juntas...Les gustaba el sexo entre ellas pero no podían prescindir del olor masculino. Por ahora y no se sabe hasta cuando, encontraron la solución...Un día la claridad podría llegar, pero...¿Era necesaria? Así tenían todo, de otra forma perderían algo. Después de todo la vida es una suma de momentos. Y esos momentos bisexuales las llevaban a los orgasmos mas deseados y...Juntas. Después de todo los amigos están para compartir...Solo se dejaban llevar por lo que les gustaba. ¿Juzgarse? Para qué. Si ellas eran su propios jueces y  seguro obtendrían la absolución. 

AUTOR

ENRIQUE DI BAGGIO